(Madrid, mayo 1936)

Querido Carlos:

El sábado he podido recoger el paquete de los libros que tan enigmáticamente me
anunciabas. He quedado sorprendido cuando he roto las coberturas y me he encontrado
con la bonita edición que habéis hecho de tus poemas, los de Poveda y los de Justino.
Estoy muy contento con ellos. Poveda va muy bien por el camino que ha emprendido,
francamente, y tiene versos en sus difíciles sonetos que me gustan bastante: <<Llevaste
miel donde un panal había>>, por ejemplo. La prosa de Justino es cada día más
sencilla y emocionada y tus poemas me parece lo mejor que has hecho en tu vida,
hoy reanudada, de poeta. Creo que debes seguir sin nuevas interrupciones tu labor y
procurar dar un libro pronto.
Ahora te voy a decir lo más desagradable: no podré colocar los ejemplares que me
habéis mandado, porque no es posible, Carlos. Hasta hoy he logrado vender cuatro.
Espero, de todas formas, vender diez o doce más. Dentro de muy poco llegaré a
Orihuela. Cuando recibas ésta, ya estará mi hermana Elvira ahí.
Reanudo la carta hoy, sábado, y la había comenzado en martes o miércoles, no recuerdo
bien. Ya tengo en mi poder un número de Silbo, pues aunque recibí hace dos días el
aviso de certificado, que supongo es el paquete con los 50 ejemplares, no he podido
pasar a recogerlos hasta hoy, que lo haré. Señor director de Silbo: es muy bonito el
segundo número y no te puedes imaginar la gracia que ha hecho lo de Poveda. Me
he reído a pierna tendida con sus putas verdes y con ese modo de ahuecar la voz para
que retumbe mucho. Dile de mi parte que toma el rábano por las hojas al querer hacer
una poesía al modo de Neruda y que es preferible que haga sus sonetos, aunque se los
dedique otra vez a su amor desconocido. Tengo muchas ganas de hablar con todos, y
a Poveda he de decirle que se tome más en serio y menos afectadamente su papel de
poeta si quiere serlo. He vendido un ejemplar de vuestra edición. Ramón me manda
en su carta de ayer un prospecto del Teatro Circo. Por él veo que habéis recitado y
todo lo demás. Me alegra infinitamente veros con tanto entusiasmo a todos. Aquí se
comenta mucho lo de Silbo y ya habréis visto que Pérez Ferrero se ocupa de vosotros
en su página. Te mando, gran director, esos dos poemas, que tengo mucho interés en
que publiques. Uno, el soneto, es de un poeta sevillano que empieza, amigo mío; el
otro es de un amigo de Aleixander, que tiene gran interés en que se publique. De modo
que harás por no dejarnos en mala situación. Me habéis sorprendido, pues no creía que
saliera tan pronto el segundo número.
Ya hablaremos despacio cuando vaya, que será para fines de este mes. Tres abrazos.

MIGUEL.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.