Ciudad Trujillo, 7 de junio de 1958

Al Dr John W. Cooke
Montevideo


Mi querido amigo

Recibí el sábado 6 su primer envío de diarios e informaciones, como así mismo su carta que contesto. Por el amigo González Torrado le envió los poderes, dos cartas, además de ésta, instrucciones sobre distintos asuntos y otra demostración que él le mostrará. Sigo pensando que debemos realizar acciones destinadas a obligar a Frondizi a cumplir con sus compromisos. A este efecto también hago consultas a estos muchachos que le mostrarán González Torrado y Galán, quienes llevan idea completa sobre mi pensamiento. Lo que en estas cartas y en las suyas comento, no implica que debemos proceder sin más a realizar tales cosas, sino que debemos preverlas para el caso en que nos veamos obligados a realizarlas. Yo estoy allí dando mis impresiones y sacando mis conclusiones para el caso en que Frondizi siga en la dilación en que se encuentra y las cosas no marchen bien, como evidentemente no marchan bien en la actualidad. Creo que tenemos que comenzar a tomar providencias para el caso en que Frondizi nos deje en la estacada, como también para obligarlo a cumplir utilizando el mismo sistema que él usa para dilatar las cosas. Mientras él retarda nosotros debemos acelerar, que es la única manera de mantener el ritmo. Debe saber que si el primero de agosto no ha cumplido bien todas las cosas prometidas, nosotros le descargaremos un golpe mortal, y en consecuencia debemos prepararnos para dar ese golpe mortal, cuyo primer acto puede ser paralizar el país, disminuir el ritmo de todo en especial el de la producción, iniciar una campaña de desprestigio al gobierno etc. Todo esto debe ser estudiado porque cuando los plazos se cumplan todo será apuro y lo que no se haya previsto con anticipación no se podrá realizar sino después de larga preparación. Es necesario preparar todo para tenerlo listo y lanzarlo en 24 hs. Con eficacia unidad de acción y energía para que sea eficaz. Este trabajo nos impone que nos dejemos de cosas secundarias y nos dediquemos a las fundamentales. La conducción del todo libera de la contemplación de las partes, que debe ser conducida por los que actúan en la tarea táctica. En estos momentos debemos pensar en grande y obrar en grande, siempre hay quien se ocupe de lo demás. Hay que articular bien la organización para poder preparar las cosas y tener la posibilidad de conducir el conjunto, en tanto los que preparan la realización conduzcan las partes. La conducción impone una concepción centralizada y una ejecución descentralizada. Sino no puede haber conducción de grandes masas. Espero sus noticias un gran abrazo.

Juan D. Perón


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