(Madrid, 2 septiembre 1935)

Sr. D. José María de Cossío.
Santander.

Querido amigo Cossío:

Hoy mismo me entero de su carta de no sé cuándo porque no está fechada. Estoy completamente consternado. ¿No recibió usted mi carta en la cual le anunciaba mi partida a Orihuela? El último día de julio se la envié ahí, a Santander, confiado en lo que me había dicho de que para el primero de agosto se encontraría ya en la Biblioteca. He llegado de mi pueblo el sábado, con un tajo bastante grande en la frente, consecuencia del último baño en mi río oriolano: me di con una piedra al tirarme al agua y vi un relámpago universal. Le escribo con un ojo tapiado de algodón, modestísimo y al mismo tiempo apesumbrado por lo sucedido con su carta y la mía. Tan pronto me entero de lo que me pide, lo cumplo: acabo de telefonear a la Biblioteca Nacional y me han prometido que para dentro de un día de esta semana tendrá en su mano la prueba de la fotografía del escudo de la portada de la Arcadia de Lope. ¿Sabe que he hablado de nuestro poeta en Cartagena?… También le envío esas pruebas que necesita.
Perdóneme por todo, amigo Cossío, y dígame inmediatamente cuándo estará de vuelta. Sé que ha trabajado mucho por ahí: no sé si leí en Heraldo que había dado una lectura en la Universidad de Verano de poesía.
Traigo de mi pueblo dos actos de una tragedia montés: Los hijos de la piedra.
Que no le haya desesperado mi tardanza en cumplir su deseo y que pronto lo abrace por estos andurriales.
Hasta entonces, un abrazo grande de

Miguel.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.