(Madrid, 14 enero 1936)

Queridos padres:

Mi dolor es tan grande como el vuestro. No sé qué decir para consolaros, porque no encuentro palabras. Podéis creer que vuestro hijo está conmigo y lo tenéis en mí para desmentir a la amarga vida. No encontraba el momento de escribiros y ninguno me parece oportuno. Os pido mucho ánimo para seguir la lucha a que nacemos todos condenados hasta que descansemos todos. Recibo muchas manifestaciones de cariño para vosotros y pienso ir a Orihuela para hacer lo que como hermano debo.
No os dejéis caer en el dolor desesperadamente y haceos cuenta que está aquí conmigo. Como yo me quiero hacer la ilusión de que está con vosotros. No quiero decir más: os abraza estrechamente vuestro hijo,

MIGUEL.

Quiero que nadie toque sus libros ni papeles: he de hacer por la publicación de sus cosas y no se ha de perder ni tocar ninguna. Adiós.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.