(Madrid, 17 enero 1936)

Queridos padres y hermanos:

Os agradezco infinitamente vuestra carta y os deseo la serenidad necesaria para mirar
las injusticias de la vida y vivir en ella en paz. Ya sabes, Justino, que podemos continuar

una amistad que tiene hondas raíces en mi sangre. Quiero que me mandéis cuanto
antes el resguardo para recoger el ensayo no sea que se cierre el plazo un día de estos.
Yo no sé cuándo termina: si vosotros tampoco lo sabéis hacedme el favor de enviarlo
en seguida para recogerlo. En la imposibilidad de acercarme por ahora a Orihuela,
que sería lo mejor, para examinar yo mismo los papeles, mandadme la colección
completa de El Gallo Crisis, si es posible, ya que es ahí donde están las cosas últimas
de nuestro querido Pepito. Yo le he dicho esto mismo a Quílez en una carta reciente;
pero será preciso que hagan suscripciones para poder editar la obra aquí. He hablado
con Bergamín sobre este asunto y me ha dicho que no tiene otro remedio. Orihuela
puede y debe, y, sobre todo, nuestros amigos ricos, cubrir perfectamente los gastos de
edición. Estoy esperando contestación de Quílez varios días. No debe demorarse la cosa
ni entibiarse el ánimo. Aquí habrá que hacer una selección de los trabajos, ya que haría
muy extensa la obra incluirlos todos. Desde luego, haré todo lo posible y lo imposible
por hacer resaltar la figura de nuestro hermano, Marilola y Justino, vuestro hijo, padres.
Me alegra mucho que os agrade mi elegía, la he hecho poniendo toda el alma y todo el
corazón en el papel. Espero que me deis noticias y contestación a mi carta pronto. Os
deseo mucha salud y prosperidad para seguir oyendo vuestra voz llamándome hijo y
hermano. Os abraza emocionadamente vuestro

MIGUEL.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.