(Madrid, 10 mayo 1932)

Querido hermano:

Si no has podido recoger hasta hoy el dinero que necesito para marchar por esos cielos, ve en seguida a Martínez Arenas y pídeselo. Me dijo un día antes de mi <<primera salida>> que el que me hallara en la situación de éste, acudiera a él. No dejes de verlo hoy mismo si tus estudios te lo permiten. Es de extrema importancia que reciba lo necesario esta noche misma. Figúrate que esta semana ya no me han lavado la ropa interior y no tengo ni calcetines que ponerme. Además, los zapatos amenazan evadirse de mis pies; lo tienen pensado hace mucho tiempo. Te puedo escribir porque los sellos que me enviara mi hermana aún no los he agotado. Ayer he visto por fin a la señora Albornoz y me dice que no ha recibido contestación de Alicante. Me he despedido de ella definitivamente. ¿Qué esperanzas me quedan? Abrazos.

MIGUEL.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.