(Orihuela, 1 febrero 1935)

Amigo Víctor:

Gracias por tu atención y el envío de la revista parisina que te elogia.
Me alegro mucho. Te lo mereces todo: eso y mucho más. Te agradezco esa furiosa propaganda que vas haciendo de mi obra. Te lo agradezco infinitamente. Creo que para mediados de marzo, o tal vez antes, te estrecharé la mano en Madrid. Escribo mucho: estoy agotado físicamente de tanto escribir. Pienso publicar un nuevo libro lírico ahí, con la colaboración del lápiz de Benjamín Palencia.
Saluda a Ramón en mi nombre si puedes y dile que es el hombre más generoso y más poeta de España y pregúntale de dónde ha sacado esa inagotable vena de humor y entusiasmo.
Víctor, supongo que te habrán aumentado la subvención en la Diputación de tu provincia castellanísima ya que has abandonado tu pintoresco estudio donde tenías radio, y luna y gatos en las noches sobre los tejados. Enhorabuena, hombre.
Da a Paco, mi paisano, recuerdos si lo ves, y dile que no le escribo por muchas cosas, entre otras, porque supongo que vendrá pronto profesor a mi mano.
Escríbeme, amigo, Víctor, y dime si has recibido ésta y la revista que te mando con un abrazo y mi recuerdo mejor,

Miguel Hernández.

Orihuela a 1 de febrero de 1935.

No precisas dirección para escribirme: con poner mi nombre y mi pueblo basta. Aquí me conocen hasta las ratas. 
¡Adiós!

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.