Querido Lucas:
Que el Señor siga iluminándote como hasta ahora, que María «siga» amparándote y que tus testimonios sean tan leales como el que diste hoy. Agradezco a Dios el haberme permitido escucharte… ya que hasta hace poco seguías siendo el hermano de «Mariana», el «gran» Lucas.
Hoy comprendí lo de «gran»
¡Te queremos mucho!
¡Que Dios te bendiga
Alfredo y Eva