Asunto: pedido de perdón (2)
(…)
Un saludo afectuoso
Elba Gianibelli
He leído con muchísimo gusto la nota «Neuquen – Un hecho conmovedor» del domingo 19 del cte.
A raíz de ella vino a mi memoria la siguiente vivencia – muy relacionada con este hecho.
Durante muchos años, pasaban por mi casa antes de concurrir a un comedor de la Parroquia del Carmen 4 niños. Los 4 cursaban la escuela primaria.
El domicilio de donde procedían era en una zona complicada.
Empezó a venir el más pequeño -6 años- y luego éste trajo a sus hermanos.
Asistieron todos los días, a veces se daban una vuelta los feriados también.
¿Qué hacían en nuestro hogar?, estudiaban, hacían tareas, jugábamos a las cartas conversábamos, uno de ellos que me veía tejer me pidió le enseñara y comenzó a hacer gorros y se los vendía a sus maestras o vecinas. Paró cuando, sintió que sus amigos lo llamaban «marica». Fue una época muy hermosa para mi esposo y para mí que generalmente estamos solos.
Ellos nos traían todo lo que brindan los niños.
Muchas veces nuestros amigos nos decían que hacíamos mal en recibirlos por eso de que podían robarnos o hacernos algún otro mal dado el lugar de donde procedían. Jamás pasó nada de eso.
Fueron terminando la escuela primaria y empezaron a trabajar de albañiles, en las canteras, etc.
Hace unos meses uno de ellos que ahora tiene 20 años tocó timbre a la mañana muy temprano, aún había oscuridad y cuando pregunto quién es, lo reconozco, lo atiendo y me pide $30 y veo que está totalmente borracho. En contra de la opinión de mi esposo le doy el dinero, éste opinaba que iba a seguir bebiendo.
Y… aquí la coincidencia al día siguiente tocan timbre otra vez y… ¿quién era? él que venía a pedir perdón.
Nos abrazamos y a ambos se nos caían las lágrimas.