San Cayetano 21 Agosto 1951
Mi dulce y amada esposa: Con gran complacencia, recibo con toda regularidad y semanalmente tus cariñosas y anheladas cartas, que son para mí como bálsamos, pues la alegría que me proporcionan, hace que cobre nuevos ánimos y no desfallezca en la lucha emprendida. 
Imagináte mi vieja, las veces que llegaré a leerlas y cuando hallo un párrafo o pasaje que me deleita, me complazco en grabarlo en la memoria y de esta forma me permite repasar mentalmente sus adoradas misivas cuando estoy solo. 
Haciendo referencia a la suya, fecha 12 del cte. mes, última obra en mi poder, tengo que decirte que lamento vivamente y posiblemente con más tristeza y contrariedad que otras veces, el asunto de los pasajes. 
Me imagino la desilusión que tendrias al recibir mi carta última y ver que no estaban los documentos que vos esperas con toda ansia. 
La compañía Dodero aún no contestado y por lo tanto, no sé la fecha, que dispondrán de pasajes disponibles para fecha más próxima. 
Tenia la intención de esa semana haber ido a Bs. Aires, pero se da el caso de que casi todos los dias serán festivos, debido a la concentración de todos los obreros (o parte de ellos) que habrá en la Capital Federal para pedir la reelección del presidente Perón, ante las próximas elecciones.
Si hubiera querido ir, me daban los boletos de ida y vuelta completamente gratuitos, pero para el fin que me proponia no me servia de nada, ya que al ir, me encontraría toda la gran ciudad con el comercio y escritorios cerrados. Por lo tanto esperaré esta semana y la que viene veré lo que podré hacer. 
Te ruego querida tengas resignación y esperes sin desanimarte hasta el momento que te podré enviar los dichosos pasajes y podremos al fin volver a reunirnos para no separarnos nunca, jamás. 
Referente a la máquina de coser, no pases cuidado, que en la aduana por seña no se quedan nada. Eso le digo yo “son macanas” pues no tiene sentido que una cosa de uso doméstico quede intervenida ni retenida. Y eso que vos tengas que pagar 3 ptas para embarcarla también creo que es otra macana; cuando sea el momento oportuno ya te informarás bien. 
Voy a aclararte de lo que no entendés sobre las valijas para ir a la proa del buque cuando estes llegando al puerto. 
Cuando salgáis de Montevideo, las autoridades aduaneras ya están a bordo para empezar la revisación de toda la documentación. Así que en cuanto se llega a Bs. Aires yo todo el pasaje está libre y en disposición de desembarcar. 
En cuanto se hayan revisado los documentos con toda tranquilidad pasarás a ir cerrando las valijas (maletas) y tenerlo todo dispuesto para bajar a tierra, “pero sin sacarlo del camarote”. 
En cuando se llega a Bs Aires, ya te darás cuenta enseguida porque se atraviesan muchas horas y con el agua completamente color de barro que es el rio de la Plata que desemboca al mar. 
Los músicos del barco empiezan a tocar música y una banda que está en el muelle da la bienvenida a los que llegan. Es entonces ya la gente te indicará cuando agarrás a las nenas y te irás a la punta del barco y procurareis localizarme dentro del tumulto de la mucha gente. Cuando nos haremos visto y saludo por gritos y señas, te haré una señal para que te marches y bajareis al camarote a buscar las valijas y los bultos de mano para esperar con ellos el momento de bajar. 
Según la fecha que sea del embargue, me aseguraré de hacerte algún giro mas, porque me imagino que dicho dinero te ha de venir a aliviar el problema doméstico, que por lo que me explicas has de pasarlo bastante gustito. 
A la muchacha que te refieres ya he contestado, pero creia que era su madre y la trataba de señora y no comprometiendo para nada; pues le decía que estaba a mucha distancia de la capital y los informes que solicitaba no podía proporcionárselos porque desconocía el ambiente y no estaba relacionado con nadie.
Sobre la pregunta que me formulas, si permiten subir a la cubierta por la mañana, creo que en todos los barcos será lo mismo; es decir, que es libre el ir por la cubierta paseando y a la hora que más le acomode al pasajero. 
Pero ten presente y quiero que en otra carta ya te lo decía, de ir siempre acompañada por las nenas, porque te expones a ser molestada continuamente por los hombres, ya que muchos quieren hacer el viaje lo más agradable posible y en cuando ven mujeres solas no las dejan a sol ni a sombra, hasta que llegan a conseguir el objeto que se proponen. 
Con mucho gusto, miraré de complacer a las nenas en todo lo que me pidan, naturalmente si está al alcance de mis posibilidades económicas. Pero tratándose de comida o golosinas podrán satisfacer todos sus deseos ya que está todo muy barato.
El dia 13 y el 16 fue el cumpleaños de la tía Cintia y la prima Celia, las fui a felicitar y les regalé a la primera una caja de bombones de chocolate que pesaba 1/2 kg y a la prima unas medias de Naylon (cristal). Las dos estuvieron muy contentas por la delicadeza, pero se lo merecen por lo bien que se han llevado conmigo. 
Esperando habrás pasado unas tranquilas vacaciones que ya serán las últimas. Sin más por el momento recibe el testimonio del profundo amor que te profesa tu esposo 
Félix