Navidad, 1996
Queridos todos:
Las fiestas el Año pasado, ya eran
diferentes pero este año me siento perdida. No puedo participar del
espíritu que rodea esta época de año. Ya sé que este era tarde o
temprano el desenlace que se esperaba, al final de cuentas no podíamos
pretender que la muerte no tocara a nuestras familias y si, tenemos que
estar agradecidos por los años de “yapa” que tuvimos. Aún así el dolor
el vacio, su vos, su [¿?] no existen más y todo lo que me rodea cambió
de fisonomía. Cuantas memorias, tristes y alegres y me pregunto a
menudo ¿Qué es la vida? ¿Para que nacimos? alguna vez veo la luz, otras
veces me hundo en un pozo. “Purtroppo” tenemos que seguir la lucha
aunque algunas veces no tiene sentido, y me pregunto porque
Me imagino el estado de expectación con el casamiento de Mateo. Eso te va a mantener bastante aturdida.
Madrinita ¿cómo te sentis? Siempre te pienso y rezo por ti. Uds nos
formaron lo que somos y aunque con el dolor irreparable de la terrena
separación, puedes estar orgullosa del deber cumplido. Dejaron de
seguro vuestra huella en nosotros. Ahora nos toca a nosotros dejarla a
nuestros hijos.
Para cada uno de Uds, las tres generaciones, reciban todo nuestro
corazón, nuestras compartidas lagrimas y dolor junto tambien con el
gozo de nuestros hijos
Un montón de apretados abrazos y un millón de besos.
Vuestros
Franca, Ernesto, Danny, Lita, Steven y Adrian

