Rochester, 18 de Agosto de 1966

Querida Madrina


Luego del acontecimiento más importante de mi vida me hago presente a Uds. queridos madrina y padrino junto con la fotografía de Danielito horas después de haber nacido. Qué les diré de la felicidad nunca imaginada por la que estamos atravesando, todavía no lo quiero creer que yo fui la autora de ese pequeño y completo ser de rosada carne, tibio y palpitante. Ernesto está en las nubes y me siento feliz de haber podido ofrecerle este presente con vida. Todo transcurrió normal lo que quiere decir con todos los dolores y sufrimientos propios del parto (aún en E.E.U.U. se sufre como en cualquier otra parte) pero después es tanto el gozo de poseer esa criatura que solamente esa parte se recuerda como un mal sueño con un feliz final. 
Ahora somos tres y nuestra joven familia creciendo se afianza y echa raíces profundas basadas en la fe en Dios por sobretodo, amor, comprensión y armonía, pero como cada medalla tiene su revés está la sombra de la madre de Ernesto que a veces empaña no nuestras relaciones, sino lo ánimos. 
Las noticias de Enzo y Rosita me derriban por completo y el corazón se encoge de angustia, la única solución que hallo es rezar mucho y continuo por ese caso sin solución humana. 
Otras noticias que pueda comunicarles ya lo habrá hecho o lo hara mamá en adelante, sin más me despido de Uds. por primera vez como mamá, adjuntándose Ernesto como flamante papá para mis segundos padres el más caluroso abrazo empapado con besos


Franca 
Ernesto