¡Salve, querido hermano!
No lograrás imaginarte la alegría que me produjo tu carta, que me ha encontrado en la sierra, en Valldemossa, donde he venido a pasar unos quince días, robinsoniano y solo. De Buenos Aires tengo unas veinte o treinta impresiones visuales en la cabeza y nada más. 
En compañía tuya descubriré otra vez América, recorreré los familiares parajes, veré todo con el ángulo de visión distinto de 20 años. Será una cosa rara para mí. 
Por el momento y aguardando mi éxodo a esa lejana tierra de promisión, aquí me tienes apoyado en un fatalismo más o menos ecuánime. Como el año pasado, hago largas caminatas por las montañas, leo mucha literatura moderna española, y compagino poemas, artículos y traducciones para Grecia que ha dado un notable brinco y aparece ahora en Madrid. 
Creo que tal vez juzgas con demasiada serenidad al ultraísmo. Lo que deseamos los ultraístas (y en los números más recientes de Grecia ya se destaca esta intención) es crear poesía enteramente sincera exenta de barroquismos y de retórica, es erigir cada uno de nosotros, sobre la realidad sensorial y tangible que nos rodea, una realidad más alta del espíritu. Claro que es muy difícil realizar este programa que acabo de esbozarte en cinco o seis líneas y a grandes rasgos ¡Es tan difícil adquirir esa visión desnuda y nueva de las cosas, esa visión sin reminiscencias y sin literatura ajena! 
En punto de vida sentimental, nada, absolutamente nada. Aquí no conozco ninguna chica y las dos o tres muchachas ginebrinas que solían mantener correspondencia conmigo ya se han cansado y me han abandonado. Yo encuentro que han obrado lógicamente. 
La semana que viene llegan unas chicas al pueblo, a la misma casa donde yo paro. Veremos si resulta algo. 
El tiempo aquí exasperadamente caluroso. Anoche se declaró un incendio en una montaña sobre la costa. Diez mil pinos ardieron. Era una cosa imponente ver aquel cinturón de llamas alrededor del monte y reflejándose en el mar. Ya van unas quince horas y aún no logran detener el fuego. 
Muchos saludos a tu familia.


Jorge Luis Borges te abraza largamente

Lista de Correos — Palma de Mallorca 
España – 

Publicado en Cartas de un joven escritor, revista Ñ, junio de 2007


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