Mendoza setiembre de 1823

Amigo: no he contestado con más antelación a la de V. del 29 de junio, por haberme hallado en el campo, del que no he regresado hasta ahora en diez días.

Se funda V. en decirme que mi situación me permitirá el tiempo suficiente para leer las cartas de mis rancios amigos, y sin embargo no lo tengo hoy sobrante, pues él es dedicado a prepararme a bien morir, no como V. sino como buen Cristiano que, por su edad y sus achaques, ya no puede pecar, y atribuir al que dispone la suerte de los Guerreros y profundos Políticos las más humildes gracias por haberme separado de unos y otros. 

Me dice V. que por los Papeles Públicos formaré una idea exacta de la Política de este país. Hace cinco meses que no leo ningún papel público, y me va muy bien con este sistema: que no exista la anarquía en este país y que los españoles no nos vuelvan a dominar, que es cuanto me importa; de lo demás, poco me importa.

Veo lo que dice de haberle asegurado Alvear me había escrito a mi entrada en Lima y en otras ocasiones sin haber tenido nunca contestación mía; protesto a V. que no he recibido carta alguna de él desde su salida de Buenos Aires.

Que goce usted más que Salomón son los deseos de su amigo. 

J. de San Martín.