Buenos Aires, noviembre 12 de 2000
Mi muy querida Franca:
Pasa el tiempo corriendo como las nubes en un día de viento, sin dejarme un momento para dedicarle unas líneas a los amigos, que como tu, siento a mi lado constantemente. Así, semanas atrás, tuve la enorme alegría de recibir la visita de Isabel, la hermana de Celia, que me pareció una mujer admirable por toda la fuerza que le pone a la vida. Con ella hablamos sólo un ratito en la puerta del edificio, pues estaba de paso. Pero parecía que nos conocíamos de mucho tiempo. Entre ambas las tuvimos a ustedes muy presentes, por todo el afecto que me hacen llegar a través de la distancia. Deseo le hagas en mi memoria acompañada de mi oración diaria, donde ofrezco el cuarto misterio del Santo Rosario por vuestras necesidades.
Espero llegue esta nueva revista a tus manos, con la segunda nota que escribí en mis «CRÓNICAS DESENFRENADAS», página 5; el primer número ya te lo envié hace dos meses. No puedo explicar con palabras toda la profunda emoción que siento cada vez que estoy sentada ante la «Milagritos» escribiendo todos los sentimientos que fluyen de mi alma enamorada de la presencia de Dios que se me manifiesta en todo momento. Cuando me encuentro con personas que no conozco y me cuentan todo el bien que les hace leerme es como sentir la caricia del Padre que me sostiene. Gracias a El, y a los amigos que me apoyan, he podido saldar mi deuda. Ahora estoy en camino para ponerme Internet. En cuanto tenga el servidor te haré llegar mis e-mail.
Mi salud anda muy bien, habiendo pasado un año sin resfríos, pero sí muy ocupada. Creo que la alegría de estar junto a los Religiosos de San Camilo, me ha dado la fuerza de levantarme tres veces a la semana, a las siete de la mañana, en pleno invierno sin ninguna complicación. El ambiente que me rodea es lleno de afecto para mi que soy la única mujer que hasta ahora trabaja con ellos. Luego, sigo en la Fundación Esmeralda que continúa por ahora en formación del equipo constitutivo. Y como ya ves, colaboro en la revista de la comunidad. Todo este círculo me fortalece y enriquece aún más mi vida. ¡más todo lo que aún tengo por hacer!…
Por aquí el tiempo está bastante variable, con días fríos y lluviosos, como que el invierno no se termina de ir. Pero las plantas ya visten de verde y muchas lucen sus vestidos de flores que pintan de hermosos colores la vida que entra por los ojos.
Bueno, mi querida amiga, espero encontrarlos a todos muy bien. Quisiera que cuando me escribas me digas si recibiste las dos revistas. Besitos a la pequeña Isabel y un abrazo cariñoso a Ernesto, al igual que al resto de la familia. Y para vos, todo el afecto de esta hermana en Cristo y siempre amiga que te recuerda en su corazón.
María del Carmen