Buenos Aires, 20 de abril de 1811.

Mi amado Moreno de mi corazón:

me alegraré que lo pases bien en compañía de Manuel, nosotras quedamos buenas y nuestro Marianito un poco mejorado, gracias a Dios. Te escribí con fecha de 10 o 11 de éste, pero con todo vuelvo a escribirse porque no tengo día más bien empleado que el día que paso escribiéndote y quisiera tener talento y expresiones para poderte decir cuanto siente mi corazón, ay, Moreno de mi vida, qué trabajo me cuesta el vivir sin vos, todo lo que hago me parece mal hecho, hasta ahora mis pocas salidas se reducen a lo de tu madre; no he pagado visita ninguna, las gentes, la casa, todo me parece triste, no tengo gusto para nada, van a hacer tres meses que te fuiste pero ya me parecen tres años; estas cosas que acaban de suceder con los vocales, me es un puñal en el corazón, porque veo que cada día se asegura más Saavedra en el mando, y tu partido se tira a cortar de raíz, pero te queda el de Dios, pues obrando por la razón y con virtud no puede desampararnos Dios; no ceso de encomendarte para que te conserve en su Gracia y nos vuelva a unir cuanto antes porque ya vos me conoces que no soy gente sino estando a tu lado; sólo Dios sabe la impresión y pesadumbre tan grande que me ha causado tu separación porque aun cuando me prevenías que pudiera ofrecérsete algún viaje, me parecía que nunca había de llegar este caso; al principio me pareció sueño y ahora me parece la misma muerte y la hubiera sufrido gustosa con tal de que no te vayas. Mañana canta Tedéum el Obispo en la Catedral por haber salido bien Saavedra, Funes, Molina y Cossio el 6 de éste; en la plaza principal están levantando una Pirámide y dicen que van a poner, en un lado la Reconquista , en otro la entrada del inglés y en el otro la instalación de la Junta , y dicen también que van a hacer fiestas Reales; en la otra carta te aviso todas las novedades, y para eso del sueldo me dijo Fray Cayetano que viera al mozo de Larrea para preguntarle quién seguiría dándome la mesada y cobrando el sueldo; fui con tu madre, y me dijo que Larrea le dejó todos sus negocios a él y también el de cobrar el sueldo y darme la mesada; es aquel catalán calvo que venía siempre; el cuarto lo he alquilado en doce pesos porque han bajado los alquileres y no hay quien dé más; los han desterrado, a Mendoza, a Azcuénaga y Posadas; Larrea, a San Juan; Peña, a la punta de San Luis; Vieytes, a la misma; French, Beruti, Donado, el Dr. Vieytes y Cardoso, a Patagones; hoy te mando el manifiesto para que veas cómo mienten estos infames; Agrelo es el editor de «Gacetas» con dos mil pesos de renta, por si acaso no has recibido carta en que te prevengo que no le escribas a este vil porque anda hablando pestes de vos y adulando a Saavedra; su mujer no me ha pagado la visita que le hice, en fin, se ha declarado enemigo nuestro y ha jurado que no volverás a beber el agua del Río de la Plata; no le haremos quebrantar el juramento y con beber siempre de aljibe queda el juramento intacto; han puesto Tribunal de Vigilancia, Gutiérrez, Villegas y no sé qué otros son los Jueces. Del pobre Castelli hablan incendios, que ha robado, que es borracho, que hace injusticias, no saben cómo acriminarlo, hasta han dicho que no los dejó confesarse a Nieto y los demás que pasaron por las armas en Potosí, ya está visto que los que se han sacrificado son los que salen peor que todos, el ejemplo lo tienes en vos mismo, y en estos pobres que están padeciendo después que han trabajado tanto, y así, mi querido Moreno, ésta y no más, porque Saavedra y los pícaros como él son los que se aprovechan y no la patria, pues a mi parecer lo que vos y los demás patriotas trabajaron está perdido porque éstos no tratan sino de su interés particular, lo que concluyas con la comisión arrastraremos con nuestros huesos donde no se metan con nosotros y gozaremos de la tranquilidad que antes gozábamos, pero lo mejor será que me hagas llevar porque no puedo vivir sola y Moreno el Santo temor de Dios te encargo como Da Rita la Biña.

Publicado en Williams Álzaga, Enrique, Cartas que nunca llegaron , Buenos Aires, editorial Emecé, 1967


Nota: La primera carta, correspondiente al 14 de marzo de 1811, fue transcripta respetando la escritura original de María Guadalupe Moreno. Para facilitar su lectura, las demás cartas fueron editadas por Enrique Williams Álzaga.


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