Querido amigo:
Otra vez nos tocó estar uno de un lado y otro del otro (aunque invertido).
Espero realmente, y tengo la certeza, que vas a poder escuchar la voz de Dios y que van a traerte muchos frutos como para siempre.
Supongo que no te habrás enojado porque no fui, pero vos sabés bien que no podía aunque me hubiera gustado estar, bueno todo no se puede.
Desde acá estoy rezando para que todo salga bien y también como decia antes para que vos también te traigas tu «canastita» de frutos, porque los chicos (vos lo sabés tanto como yo) te dan a cambio tantas cosas que realmente siempre sobra, siempre recibimos más, cosas de Dios.
En esta mañana gris, las palabras se rehúsan a descansar sobre el papel y es necesario que los sentimientos viajen a través del espacio que sólo conoce de palabras sin sentido.
Por eso te digo que estoy con vos, asíque no pienses que estas sólo, también está Dios, y también toda una banda de ángeles, santos, etc.
Bueno, basta de pavadas, realmente estoy con vos y sé que todo va a salir bien.
Te quiero mucho.
No se que hubiera sido de mi vida si no te hubiera conocido.
Que Dios te bendiga
Estoy con vos
Martín
Se viene… siete
Desde acá voy a estar cantando «La mision».