Hoy quiero dedicarte este programa, a vos, amigo, a vos, compañero de muchas noches de juventud y andanzas; de muchas alegrías juntas, como también, a vos, camarada de trinchera, donde juntos compartimos ese sabor agridulce de la guerra.
Ese sabor agradable al sentimiento de quien defiende su patria, que lo sa todo por esa celeste y blanca; por haber estado junto a los grandes de nuestra reciente historia: Gurrieri, Blanco, Llamas, Giachino, De la Colina y muchos más, heroes nacionales que con sus huesos jalonan nuestro pedazo de patria, “Malvinas”. 
Sabor amargo que queman nuestras entrañas cuando al regreso nos encontramos con la dureza del recuerdo de ese compañero, de ese amigo destrozado en su poso zorro, en su pieza de artillería en su radar o perdida su carne en el fucelage de su avión. ¡Cuantas vidas que se pierden en un instante! ¡Cuantas ilusiones se hunden en un Belgrano! ¡Cuanto barbaries nos encontramos al regreso de Malvinas! Un almirantazgo inglés que ante la posibilidad de que sea reducida su flora nova, busca la forma de armar una guerra sin importar cuantas vidas se lleva este capricho; y muchas cosas mas sucediendo que alimentan ese sabor amargo que termina destruyendo ese deseo de vida, esa ilusión de estar entre los vivos que, por último para vos, amigo, te rindes o ganas ante esa gran batalla y terminas en una cuerda colgando tu última ilusión para encontrar la paz de tu alma, par que la tierra que cubre tu cuerpo cierre esa herida que aun sangra. 
Hoy estás entre los grandes, los de Malvinas y los que luego de esa guerra no encontraron la calma para su dolor. Hoy ya son 278 los que se van sin darnos la posibilidad de abrazarlos, de cuidarlos y de rescatarlos de esas tinieblas que a travez del suicidio escriben su último capitulo. 
A vos, amigo y todos los que están juntos a ti, Famulari, Rolón, Alvarez y muchos más, les pido que nos iluminen y nos den la fuerza para seguir viviendo para poder estar junto a aquel veterano de guerra que necesita de una mano, de un consuelo, de una palabra para seguir adelante. 
A vos, hermano de mi patria, hermano de mi mundo, que estas vivo, te invito a que juntos rescatemos a los sobrevivientes de esta guerra. A uds, hermanos los invito a construir un mundo mejor, sin guerras, sin diferencias, empleando todo nuestro potencial a favor de la vida levantando como estandarte la bandera universal del amor y de la solidaridad.
Para vos… Jorge García, que te fuiste sin decirnos Adiós. 
Miguel Angel Peralta.