Querido Lucas!
Tenés un gran regalo de Dios: ser sensible por la belleza, por la armonía. Difícilmente haya alguien más preparado para entender el amor y la gloria de Dios que un artista, porque el amor es bello, porque la vida es bella, porque la gracia, la resurrección y el ciclo son bellos; porque la cruz es bella, bella con la belleza de la entrega, del servicio. No dejés nunca de ser «músico de Dios» alegrando nuestras vidas con tu arte. Un abrazo.
P. Miguel