Batavia, Java, 5 de setiembre de 1931

Querido Eandi, ni egoísmo ni olvido, sino nada, el tiempo que pasa, nada que contarle. No pasa día sin que nos acordemos un poco de ustedes, de modo que me parece como si usted fuera testigo de mi vida. Hace mucho tiempo que mi mujer proyectaba un paquete de cosas para ustedes, yo esperaba que aquello estuviera listo para escribirle, y ahora va. Es un pijama para Violna Elsa, un abanico para la señora Eandi y una piel de serpiente para usted y un cortapapel javanés. Además una pintura de la isla de Bali para la casa de ustedes. Una encomienda angélica y demoníaca. 
Mi mujer es holandesa, vivimos sumamente juntos, sumamente felices en una casa más chica que un dedal. Leo, ella cose. La vida consular, el protocolo, las comidas, smokings, fracs, chaqués, uniformes, bailes, cocktails, todo el tiempo: un infierno. La casa es un refugio pero los piratas nos rodean. Rompemos el sitio y huimos en automóvil, con termos y cognac y libros hacia las montañas y la costa. Nos tendemos en la arena, mirando la isla negra, Sumatra, y el volcán submarino Krakatau. Comemos sandwichs. Regresamos. No escribo. Leo todo Proust por cuarta vez. Me gusta más que antes. He descubierto un pintor surrealista. Salimos con él, a comer en los restaurants chinos, bebemos cerveza. 
Hasta lo más extraño o lo más entrañable se convierte en rutina. Cada día es igual a otro en esta tierra. Libros. Films. 
Me gustan sus dos trabajos publicados, que leí hace tiempo y que guardo. Cómo se ve en ellos su ansiedad de escaparse de la ciudad, y qué terrible esfuerzo para salir de la realidad. Esas canciones qua hay en sus cuentos, y esos nombres dulces, atractivos, sortilegios, misterios. Ese sentimiento constante de movimiento, huida, sueños.

Fuir! Là bas fuir! Je sens que des oiseaux sont ivres 
d’être parmi l’écume inconnue et les cieux! 
Rien. ni les vieux jardins réflétés par les yeux 
ne retiendra ce coeur qui dans la mer se trempe 
ônuits!

Es mala palabra esa de dejar de lado la literatura, ¿por qué? ¿Cuáles son esas circunstancias? Uno cree haber terminado pero hay algo acumulándose adentro de uno, gota a gota. Yo me moriría si no pudiera escribir más. 
Soldados en su país, civiles en Chile. Y su poco de sangre y muerte. A fin de cuentas en Java uno es libre. 
Hace tiempo le escribí una carta que nunca le envié: sobre su hermano. ¿Cómo se llama su hermano? Me parece arriesgado un viaje a estas tierras. Crisis espantosa. Miles de europeos sin trabajo. Por primera vez en la historia gente blanca mendigando en la calle. Las firmas cerrando cada día. 
Además las policías de inmigración son terribles en todo el Oriente, en todo el mundo ven a un comunista, y no dejan desembarcar a ninguna persona que no muestre un contrato con una firma local. Singapore es un mal país. Desagradable. La vida inglesa es horrible. Así como va el asunto no veo remedio, pero si la depresión comercial termina sería simpático que su hermano se lanzara. Hace tres años, cuando la situación era diferente me acuerdo que en la India los diarios estaban llenos de avisos requiriendo mecánicos de automóviles, bien pagados. Especialmente en Calcutta. Si las cosas se mejoran, con tiempo yo podría escribir al cónsul argentino en Singapore para ver si hay algo, y luego él podría hacer su camino a la India : Rangoon, Calcutta. La única ciudad encantadora (¡exagerado!) en todo este mundo es Batavia, pero creo que aquí hay menos chance, porque hay más europeos que en ninguna otra parte. Ésta es la única ciudad con pobreza entre los blancos, con clases pobres, tal vez eso le da atractivo a la ciudad, a diferencia de los países ingleses tan herméticos, y tan caros para vivir. 
Miles de gracias por los periódicos que hace tiempo no recibo. Los últimos, que contenían sus bellas prosas traían ese pequeño periódico de Mendoza. ¿Qué hay de la gran revista de la Sra. Ocampo ? No sé qué piensa usted pero me parece cosa muy antipática. Le consulta a Ortega y Gasset hasta para arreglarse los refajos. Y mientras tanto, snobismo literario Frank, más Frank y el inocente de Torre [?]. Les falta sólo Huidobro en la pandilla. Vergüenza. Ortega y Gasset es el enemigo, el vampiro escolástico. Todo lo que es raciocinio y esterilidad en España viene de su «florida prosa». Y esa postura de «bacán» de la literatura y las artes, de Apolo y Atenea, señor protector, con oficina en el Olimpo. Ese horrible espíritu crítico, y esa astucia para oler los movimientos que ya han comenzado en Trans-Europa, y luego con voz «artística» predecirlos en España. Conversación telefónica: ¿Qué le parece Don Joseph, le pondremos ‘Sur»? -Bueno, señora, póngale. -Y le pusieron «Sur», los desvergonzados (¡Ideas personales pero públicas!) . 
Eandi, vea usted cómo es la vida. Mi libro fue de nuevo a España, porque el poeta Rafael Alberti me lo pidió para editarlo. Nuevas peripecias, la Ibero-Americana , que lo aceptaba, quebró. Silencio de cinco meses de Alberti (que se ofreció de su propia iniciativa para hacer las gestiones de edición) Cartas mías, sin respuesta. Mi libro grandemente admirado, varios artículos en Madrid, J. Bergamín habla de mí en el prólogo a Trilce . (Qué desgraciado soy.) Luego, hace tres meses, carta de Alberti. Excúseme, etc. Que el libro está en París, que lo tiene una chica Alvear, o de Alvear, que saca una revista en París. Que allí (la revista parece llamarse Imán , si existe, lo que dudo) van a aparecer algunos de mis poemas, que ella me mandará el cheque, y luego, el contrato para la publicación de mi libro. Ese Imán no me atrae, pero qué diablos. Lo peor es que nunca he oído hablar de esa revista, ni la tal chica me ha escrito, ni sé si mi libro ha sido aceptado por la República Argentina , o no. ¿Ha visto cosas? Es para ponerse a tomar whisky por tres meses. Dígame algo, deme un consejo. Siento que mi libro debe aparecer, por Cristo Padre, se está añejando y envejeciendo inédito. Y además, mis amigos, entre los cuales usted, a quienes he defraudado y estafado por años con tal promesa. 
Como antes le dije, no quería escribirle a Alfonso Reyes, que con tan buena voluntad hizo algo por mí, a pedido de usted mi buen amigo y querido Eandi, sino enviarle mi libro, que un libro expresa más que una carta, y mis cartas son tan estúpidas. Y así, esperando día tras día, y el libro nada, y esperando. Al fin Reyes se enojó, y me lo dijo en algunas líneas, dedicándome un libro, y yo, mi amigo, qué vergüenza. Entonces le envié algunos poemas míos a máquina, y una carta corta explicando lo inexplicable.
Le envío unos versos que tienen algo de curioso, por su paralelismo que pudiera parecer deliberado, pero no lo es. «Madrigal escrito en invierno» fue escrito en 1925, publicado en 1926, y «Duelo decorativo» lo escribí hace unos días, sin recordar absolutamente la otra cosa. Sin embargo se parecen tanto. Ambos son producto de mi viejo deseo de hacer una poesía del corazón, que consuele aflicciones, como las canciones y tonadas populares, como la música de las ciudades, pero sin elementos populares, lo que sería error, ya que no podemos forzar nuestra cabeza intelectual con expresiones ajenas. 
Dígame si le gustan. 
Y si recibe estos regalos, y estas fotos que les enviamos, y perdóneme mi pasada y futura y eterna pereza para escribirle que yo soy el primero en encontrar horrible, pero que no es egoísmo y nunca puede ser olvido. 
Besos para la nena, mi mujer saluda a la suya, usted reciba un buen abrazo mío,


Neruda

Publicado en Margarita Aguirre, Pablo Neruda/ Héctor Eandi. Correspondencia durante Residencia en la tierra, Sudamericana, Buenos Aires, 1980.