Dome querido:

Escribo esto en un estado que ni yo misma lo entiendo, pues no se explicame que es lo que siento mi podría explicartelo a vos que sos toda mi vida y estás dentro de ella así como yo lo estoy.

desde el lunes a la noche que decidimos que nuestra boda sería el 8 de diciembre, no hago más que tratar de pensar en ellos, aunque no puedo hacerlo así como quisiera, pues porque negarlo? tengo miedo, mucho miedo y desconfianza y no solamente a vos sino a todo a todo lo que puede ser nuestro futuro. 

De mi amor estoy completamente segura pero temo, que por demasiados problemas que puedan venir en lo sucesivo este sea muy débil. 

Volviendo a lo de la desconfianza hacia vos es que aunque re(?) lo que siempre hemos luchado y sufrido ambos, vuelvo a amargarme esos pensamiento absurdos, también temo que tu proceder cambie ni bien la novedad primeriza del matrimonio pase y empieces a ser injusto, incomprensivo, callado o gritón, que no seas cariñoso y que añores la libertad.

De tu familia no puedo imaginar una cuáles seran las reacciones porque la conozco poco, pero lo único que me aterra es el pensar que si no estan de acuerdo con nuestras decisiones, o si hay algo en nosotros que pueda herir su amor propio, que debamos tomar determinaciones que creen entre nosotros decisiones muy difíciles de unir. 

De mi familia al ser tantos hay diversas ideas y opiniones pero cada uno de ellos me inspira inseguridad y que nos dejaran solos en el momento dado. 

De nuestras amistades me apena el pensar que cuando estemos casados no tendran el mismo proceder de ahora, por lo tanto nos encontraremos solos.

Y por fin Dios, a quien temo con todo mi poder, porque Él dispone las cosas a su voluntad todo lo que nosotros hemos hecho sea tarde para remediarlo.

Pero cuanto me arrepiento de haber dicho todo lo que dije porque aunque yo diga mucho el Todopoderoso no podrá darnos una cruz que no esté de acuerdo a nuestras fuerzas, por lo tanto mi amor, tomemos las cosas así como vienen y recemos mucho para que el Señor haga de nosotros verdaderos testigos de Él con esto aunque no tengamos el merito en la tierra, lo tendremos en la otra vida que es lo más importante. 

Bueno mi vida lo único que me resta decirte es lo que muchas veces hemos dicho querernos muchos nosotros y los dos queres a Dios y lo demás vendrá por añadidura. 

Adios querido y que Dios nos acompañe en todos nuestros actos para su mayor gloria y bien nuestro. 

Tuya: Raquel