Queridos muy «pensados» todos,
la desconección que mi falta de comunicación ha creado se
amontona a todo esta acumulación de dolor que el disolverse de la
familia me ha causado. Con Alex lejos, mi situación en casa lejos (muy
lejos) de ser harmoniosa y la inevitable crisis de la menopausa me han
derrotado tanto de estar casi inmobilizada, suerte que es justamente en
el medio de la desolación que cuando Jesús nos sostiene, y es con eso
que me mantengo viva. Perdón por comunicarles la verdad! Telefonearé o
escribiré… en el interín reciban lo mejor de mi
Vuestra
Rosetta

