Marzo 27 de 1933

Queridísima Bochita: 

Hoy, como todos los lunes, llegó tempranito tu carta. La ley enseguida porque casualmente estaba yo despierto pues decía ir con Mami a comulgar una acción de gracias. 

Recién llegamos y te escribo mientras espero el desayuno. Tu maridito, mi Cococha querida lejos de haraganear por haberse recibido, está muy trabajador. Precisamente en cuanto termine esta, debo ir al hospital Ramos Mejía como lo hacia antes y a la tarde ya atender el primer cliente siendo dentista. Se trata del cubano de (¿?) que me habló ayer por teléfono pidiéndome consejos para un dolor de muelas y resulta que desea que yo se la arregle. Yo que pensaba dejar el famoso “torno” por unos cuantos días, la profesión empieza a dar sus primeros frutos y aprovechan la oportunidad para que también tenga los primeros horarios. Voy a hacer un buen trabajo para que quede contento conmigo y tal vez sea el, el primer eslabón en la cadena ¿No te parece?

No me puedo quejar mi Bochita querida, Dios me sigue ayudando y mediante este mi primer cliente puede que no tenga necesidad de irme a Buenos Aires. 

En ese sentido, un jefe de la Facultad me aconsejó que debía quedarme aquí, de preferencia en un barrio. 

Enterada de mis actividades, quiero que esta carta satisfaga tus deseos, que son también los míos de ser bien bonita. 

Mi Cocoha preciosa, estoy radiante de alegría, porque solo faltan 3 días para estar con vos. 

Es algo tan lindo que ya estoy saltando de contento.

Mi mamocha preciosa yo la adoro con toda mi alma y estoy deseando casarme con mi querida para darme el gusto mayor de mi vida, para cumplir con el cura que me dijo esta mañana, que debería casarme con mi Bochita.

¿Ves Mamocha como se interesan por usted?

Mi Chiquitita linda, mi ricura querida sos la mujercita más interesante del mundo y yo te adoro con toda mi vida. 

Ahora, me paso las noches soñando con mi querida, en lo feliz que voy a ser cuando la vea y en la cantidad de cositas lindas que vamos a hacer cuando estemos juntitos y en todo lo que yo la adoro a ella y en las ganitas que tengo de casarme y de darle besitos y acariciarle y hacerle muchos mimitos. 

Te quiero con toda mi alma mi tesoro precioso y solo deseo verte para contarte personalmente mi cariño y el amorcito grande que siento por mi Bochita linda. 

¡Cuando nos veamos cuantos abracitos y cuantos besitos! Va a ser una cosa deliciosa y espléndida con todas las ganitas concentradas que tiene tu maridito. Sos un encanto divino mi bebita lindísima y la adoración que por vos siento es extraordinariamente formidable. Estoy locamente enamorado del divino tesoro de mi noviecita ¿Asi que estás contenta conmigo mi divina mujercita? 

Es un verdadero placer para mi haberte hecho feliz mi Bochita querida y Dios quiera que siempre te dé motivos para tenerle contenta y dichosa. 

Cuando se quiere mucho como yo te quiero, es una felicidad enorme poder ser motivo de la alegría de la compañerita ideal. 

Te adoro a más no poder mi tesoro espléndido y solo deseo una cosa: que me quieras para siempre. 

Si me llegara a faltar tu cariño, que es algo tan sustancial para mí, que es como un segundo corazón, no podría vivir y si viviera sería en condiciones precarias que no podría resistir mucho tiempo. 

Yo te adoro así, vida querida, con toda mi alma y te juro que siento sinceramente lo que te digo, estoy locamente, perdidamente enamorado de mi Bichito divinísimo. ¡Con cuanta alegría te quiero! Sos, para mí, un regalo delicioso que hay que cuidar con mucha ternura y cariño. 

¿Me gustas más cuando te pones mimosita conmigo? Yo quiero que cuando estés de nuevo a mi lado y te vea, me hables con mimitos y con perecita. ¿Recuerdas? 

Momocha preciosa, te adoro, te adoro y te adoro. 

Un besito querido en la boquita

Tito