26 de enero de 1932

Queridísima muñequita: Te adoro y cada viaje te extraño más todavía. Anoche, al acostarme, pensé muchísimo en mi preciosura, en mi delicia y ya iba meditando en la carta que le escribiría al llegar. 

Una carta en la que pondría todo mi cariño y el esfuerzo enorme que me cuesta separarme de mi Bebita, de mi preciosura, de mi delicia, de mi muñequita querida – Estás cada día más linda, más encantadora y yo redoblo con más ansias aun la adoración que por vos siento. 

¡Dios quiero que nunca me falte tu cariño!

Sin él, estoy seguro que fracasaría en mi vida porque por vos siento todos esos deseos de mejoramiento, de perfección, todas esas estimulaciones que dan la esperanza y la ambición de vencer, cuando se tiene a su lado, un ángel y una mujer como vos. 

Te adoro mi Bichito querido con desesperación y estoy esperando nomás la oportunidad de un empleo, para poder llevar a cabo lo que constituye mi nueva sensibilidad de un tiempo a esta parte: el casamiento. Verás que felices vamos a ser  apoyándonos siempre en el cariño inmenso que nos tenemos. ¿Verdad que me quieres mucho Bebita? ¿Que me querrás por siempre y más que a nada en el mundo?

Estas preguntas son para mi de una importancia tan grande que considero un sacrilegio no hacerlas además de falta de conducta en mi cariño porque de sus respuestas dependen mi alegría y por ende mi tranquilidad.

Son, también debo agregar, el reflejo de mi afecto inquebrantable y una semblanza mia, siquiera. 

Bichito, estoy deseando que llegue el jueves para embarcarme y estar de nuevo a tu lado. ¡Que lástima que no hayan palabras más lindas para decir te quiero. Cómo siento en estos momentos que deseo comunicarte palpitando, mi adoración, no tener otra cosa mas amplia para contarte la inmensidad de mi cariño. Repito que te quiero con toda mi alma, pero eso me parece insuficiente, me parece que no traducen fielmente mi estado de ánimo particularísimo; estoy loco por vos. Te adoro con todas mis fuerzas, con toda mi alma y para siempre. 

Como estoy apuradísimo pero deseo que esta te llegue mañana, voy a contarte mi entrevista con Silveyra. Me atendió como siempre puntualmente y me dijo que aún no podía decirme ninguna buena noticia pero que confiado en ese sentido se  halla empeñado, en conseguirme ubicación muy pronto y que yo lo vea periódicamente. 

En fin, como ves no encontré lo que creía pero indudablemente ello implica una fundada esperanza y estoy contento lo mismo. 

Es una persona seria y no tiene ningún motivo ni ningún interés en engañarme y descaso en él.

Mi Bichito precioso, te adoro.

Tito