Munchen 14 de abril de 1967

Querido atorrante Héctor:


Vos si que tenés suerte; sí digo que tenés suerte de tener un amigo como como el que te escribe, de que este amigo deje pasar tamaña barbaridad como el no contestar cartas durante meses y que llegando finalmente una (después de cuanto?) bueno, la lea y se ponga directamente a contestarla, a charlar un rato, como habitualmente hacen los amigos. Hola che, que tal? bueno, justamente ayer pensaba seriamente qué diablos le había pasado. Realmente estaba completamente desorientado.
Dejate de macanas caramba! Pensá que yo escribo 10 ó 12 por mes … o más. Bueno, ah! por donde empezar? Claro, tardás tano en escribir que cada vez que lo hago me es muy difícil retomar el hilo y poder contar algo armónico y coherente. Recurramos al “oficio”. Vamos a los planes primero y luego lo demás. 
En la anterior te contaba caso exclusivamente de las “ventaja” de andar vagando por el mundo y ya insinuaba un ganas de seguir tirando y ver y aprovechar; bueno, en eso ando..pero mis planes han “volado” más aún. Las cosa fue más o menos así: empezé a juntar fuerzas para aguantar la ausencia argentina y prepararme para otro añito que a no dudar me reportaría beneficios a la larga. Entonces ya dejé de pensar en regresar con Heidi y si tirar yo solito lo que hiciera falta. Justo cuando andaba en eso recibí insistentes cartas de amigos que creo los viste el último día: Robertito, hermano de Sylvia y Hugo. Ellos e van a Nueva York
Sylvia ya está nuevamente allá. Me rogaban y me rogaron que me reuniera con ellos allá en esa ciudad-monstruo.. y bueno la verdad Héctor, creo que me voy para allá. Estos dos tipos son fantásticos y están ampliamente vinculados al ambiente que me interesa. Con decirte que tienen conexiones con los tipos del Greenwich Village y piensan vivir allá. Hugo escribe, edita actualmente una revista en Bs As “El ángel del altillo” y hasta organizó en un teatro un recital de poesía contemporánea y música protest-song. Por supuesto fué luego de la 1ª vez prohibida por la policía Federal ya que para estos inteligentes y cultos señores eso era un nido de comunistas. Lamentable realmente. Robertito por su parte anda metido en el Jazz y conoce a la mitad de los músicos de Nueva York. A mí todo esto me atrae enormemente y de poder, de no mediar problemas, antes de fin de año estoy allá. La vida de allá no me interesa tanto por el lado del dinero y esas cosas sino más bien por el otro. Pienso que ya es hora que me meta en algo de lo que vos sabés me atrae tanto. He comenzado débilmente a escribir algo y allá por ese lado el campo es fertilísimo dada la cantidad de gente interesante que hay, vive y crea en esa ciudad. También me interesa el teatro y ellos andan en eso también. ¡Que, estoy entusiasmado con todo lo que allá puedo encontrar! Mi problema es como entrar ya que si lo hago de turista tendré problemas a no dudar. Pero estoy dispuesto a correr ese riesgo. El aislamiento alemán ya me tiene mal. Hugo ya está en viaje según creo. Va en avión pero se queda 10 días en Perú.
Mi plan general es más o menos el siguiente: me quedo acá juntando algo de plata hasta octubre; luego salgo para España, me quedo allá un mes y de ahí me tomo un barco a U.S.A. Ya para esa época ellos estarán allá ubicados y me esperarán y naturalmente viviré con ellos. Con el inglés estudiando, creo no tendré mayores problemas pues me resulta fácil.
Si las cosas caminan, no sé realmente cuando tiempo me quedaré allá. 
De mi vida en Munich no es mucho lo que te puedo contar. Por suerte trabajo no me falta y ahorro casi la mitad del sueldo. Claro que como te digo esto dista mucho de ser mi ideal de vida. Tengo una noticia linda, eso sí. Hace exactamente una semana estábamos en París. Si viejo, no fuimos a esa maravillosa ciudad. Aprovechamos la invitación de un pibe alemán que conocí en un boliche donde se escucha jazz. El viaja siempre. Tenía su coche allá (Fiat 1.700) en reparaciones y viajaba el sábado en avión para luego volver con él. De modo entonces que el jueves a las 8 de la noche tomamos los dos el tren, el famoso Orient-Express que va Budapest París y nos largamos. 900 km 11hs. ¿Bueno no? Te digo que llegó exactamente a horario. París y los franceses. Ya al llegar hay una tremenda diferencia con alemania y su gente naturalmente. La ciudad es tremenda y realmente hermosa. Buenos Aires, la parte bacana, es un calco exacto, pero en chico. París es una ciudad que tiene la virtud de no sentirlo extranjero a uno. Pose una red de subtes tan fabulosa y extensa que en 15 m. está uno donde se le ocurra. Las calles son arboladas y pose amplios bulevares. Esa primera mañana fuimos a verlo a un argentino-francés de nuestra edad: Jerome Sarary, un director-actor-escritor de teatro que actualmente es un suceso. (Ver Primera Plana nº215) Es un tipo fenómeno. Nuestro principal objetivo no era conocer turísticamente esta ciudad sinó ver las posibilidades de radicarnos ahí. Pero es tremendamente difícil, casi imposible. La vida es cara, muy por encima de Alemania, se gana poco y no se consigue vivienda. Todo el mundo vive en París. Hay 50.000 argentinos. Como era un fin de semana cualquiera conseguimos hotel barato. Nos alojamos en el barrio latino, casi frente a la Plaza de la Contraescarpe. Eso es una maravilla. Uno de los barrios más viejos y pintorescos. Salimos a pasear. El Sena divide en dos a la ciudad. Norte y Sur. Fuimos a la Torre Eiffel. Esta se divisa, asomando su largo pescuezo desde muy lejos. Está en la zona sur, casi pegada al Sena, en los Campos (paseos) de Marte. Subimos a ella hasta la 2ª plataforma. El panorama que se divisa (viene a ser la altura de un edificio de 60 pisos) es asombroso, imborrable. 
La ciudad está entre suaves colinas de modo que imaginate. 
Desde ahí arriba se destaca la armoniosa y modernísima construcción del edificio de la U.N.E.S.C.O. La torre en sí es algo monstruoso, fantástico. Entre pata y pata hay 110 metros y su altura es de 320 m.
Por lo general uno se la imagina negra pero es de color marrón antióxido (no colorada) hay ascensores que van a una velocidad tremenda. A la noche fuimos a un boliche turco a comer algo que me gustó mucho y luego a otro a escuchar música, en el Barrio Latino. 
Al día siguiente, sábado fuimos al centro. Los campos Eliseos, una enorme avenida que arranca desde el Arco del Triunfo hasta el Louvre. Tal como lo habrás visto en 100 películas, es hermosa, llena de negocios carísimos y agencias de viajes y confiterías. El Arco de Triunfo: esto es mucho más grande, hermoso he importante de lo que uno se imagina. Es enorme, tan alto como un edificio de 6 ó 7 pisos. Una verdadera mole. De ahí parten 8 avenidas. Nos fuimos caminando hasta la Plaza de la Concordia, frente al palacio del Eliseo (la “casa rosada”) y nos metimos en el Petit Palace a ver la exposición (por 1ª vez en Europa) de todos los objetos que pertenecían y hallados en la tumba de Tutankamón. Por supuesto que estaba la máscara, esa maravilla de oro macizo. Es impresionante. 
De ahí nos separamos ya que Roberto tenía que ver a una familia. Yo caminé bordeando el Sena, lo crucé y me metí en mi “salsa”: el barrio Saint-Germain-des-prês. Mirá Héctor, tendrías que haber estado acá. Un mundo de gente, cafés, confiterías, librerías una al lado de otra, salas de exposiciones, etc., etc. Me metí a ver una muestra de un escultor del grupo de los cinetistas (ver Panorama nº45) y luego de ahí siguiendo por San Michele me quedé en una disquería donde venden discos americanos baratísimos (me compré 3) Salí llegué hasta el Sena de nuevo y ahí la vi: hermosa, casi blanca, en su isla, imponente, yo sin creer lo que veía: la iglesia de Notre Dame. Héctor esto vale la pena verlo, vale la pena meterse en ella y mirar y tocar cada una de sus piedras que respiran siglos, ver y sentir la historia ahí reflejada. Está construida en el año 1.100. Una maravilla arquitectónica, un ejemplo insuperable del estilo gótico. 
Te digo que de atrás tal vez es más hermosa aún. 
De ahí me fui a los jardines de Luxemburgo de donde salí también maravillado. Ese sábado a la noche nos encontramos con nuestro amigo, que ya tenía su auto y fuimos a buscar a unas chicas al aeropuerto internacional de Orly (trabajan ahí)
Este aeropuerto es el mayor y más moderno de Europa, y 2º en el mundo. Para llegar a el hay que tomar la “autopista del sur” título del 1er cuento del último libro de Cortázar. 
A la noche fuimos todos a Pigalle. Al día siguiente al mediodía volvimos a Orly y de ahí a París y entonces sí lo ví por última vez. Como dice Hemmingway en su libro póstumo “París era una fiesta”.. De ahí cruzando toda Francia, hasta Strasburgo, cruzamos entonces el Rhin y nuevamente en Alemania. 
Tomamos la fabulosa autobahn (a 160 kph) y a las 24 estábamos en esta familiar ciudad. Desde París a acá en 10 hs de viaje. 100 de promedio. (Tené en cuenta que Francia no posee autopistas y que está plagada de curvas ya que es semi-montañosa.
De mis viajes futuros creo que está en vista Checoslovaquia y para el verano Grecia, que no sé si ya te dije en la anterior. Veremos si resulta. Me alegro de que le sea útil la motoneta. Quedate tranquilo, la vas a ocupar todavía un buen tiempo.
Si no lo hiciste, arreglale asunto suspensión delantera y ya todo le puede tirar un tiempo más. Disculpame si te traga plata, la verdad yo la fui dejando caer ya que así tiraba aún. 
Che, no me contás casi nada de tu vida y espero que lo hagas.
Para tener una referencia, me gustaría saber cuanto es tu sueldo y cuanto cobrás neto. Sos el único tipo que conozco que gana un sueldo “fijo”. Andá a verlo al Negro y decile que me escriba.
Bueno Héctor, le digo que le recuerdo siempre que me hace muy feliz tener amigos allá como vos. Mis cariñosos saludos a los tuyos, a Marisa y para vos un fuerte abrazo.


Tono

Escribí, dejate de macanas.