Enrico C. 24 de junio de 1966

Querido Héctor:


Aprovecho hoy, que no tocamos ningún puerto y por consiguiente es el último día tranquilo de este viaje, para enviarte unas líneas que pretenderán ser fiel reflejo de lo hasta ahora visto y vivido por mí.
El viaje en general y sobre todo al principio bastante aburrido y las causas ya te las explico. La primera y por supuesto principal, la gente que viaja. En su inmensa mayoría italianos viejos que regresan a su país. A nosotros en nuestra cabina nos tocaron 4 jovatos de los cuales el más joven tiene 59 años. Las pocas minas argentinas que viajan mandándose la parte como ya es costumbre en ellas. Pero tuvieron su castigo cuando subieron las brasileñas. Bueno, vayamos por parte. El barco en sí muy bueno, moderno, confortable. Lleno de salones con su correspondiente bar en cada uno de ellos. 2 orquestas (cuartetos pero parecen más ya que los músicos, todos europeos, tocan varios instrumentos y por ejemplo tocan un solo de saxo, luego dejan éste, chapan un clarinete, etc.) La comida buena y muy variada, con vino en cantidad. Lo más interesante del viaje son los puertos que tocamos. Santos y Río primero. Bueno Héctor yo después de este viaje pienso una cosa: hay que ir al Brasil. Mirá viejo, Santos es la locura, sus playas, su mar, sus rascacielos, su arquitectura colonial portuguesa y sobre todo su vegetación increíble hacen de esta ciudad algo fuera de lo común. Río también es algo hermoso, su pan de azúcar, el Corcovado, sus playas, fuimos a Copacabana, y sobre todo sus garotas. Las minas son algo digno de verlas y con una simpatía y un swing tan grande que ya te digo dan ganas de quedarse allí. Luego de Río, partimos un lunes a las 2 ½ de la tarde, no tocamos más puertos durante 8 días. Este tirón fue bastante largo y cansador. Me olvidaba: Hasta que uno se acostumbra, y pasa para esto más de una semana, el mareo a causa del balanceo es bastante molesto. Te quita el hambre, las ganas de escribir, de fumar y hasta no podés pensar muy bien. A mucha gente les afectó muchísimo al punto de tener que pasarse días en la cama y sin comer nada.
Llegamos luego a las canarias: Santa Cruz de Tenerife. Son islas volcánicas con montañas bastante altas; no hay vegetación, tampoco este puerto tiene playas pero la ciudad es muy bonita y sobre todo es puerto libre. Mirá Héctor esto es la locura. Tenés lo que buscás a precios baratísimos. Te entra la fiebre de comprar de todo. Nosotros a pesar de no tener mucha plata nos compramos Encendedores Ronson a gas: 8 dls c/u, Pantalones Lee, 5 dls c/u, el último modelo de la Phillipshave, ¡9 dls! Y yo además unos prismáticos fantásticos japoneses 8×30, 20 dls, Whisky ¡2 dls! Y chesterfiel me salen a razón de 35$ el paquete (en el barco cuestan 40$ arg) Fué esto la locura colectiva. Un muchacho, porteño, por ejemplo, se compró 2 máquinas Canon fotográficas, la filmadora Canon un grabador y que se yo. Esa noche en cubierta, no había uno (los brasileños por lo menos todos) que no tuviera su radio. Era para filmar. Era una babel: Roma, Londres, Madrid, Río, Lisboa, Bs.As., París, en fin, ahí se escuchaba de todo. 
Luego seguimos y ayer tocaron Lisboa. Héctor, solo puedo decirte esto: Lisboa es la ciudad más maravillosa que he visto en mi vida. No se puede contar con palabras; hay que verla. Sacamos muchas fotos que ya te las enviaré. La ciudad está sobre una gran bahía y asentada sobre colinas. Es la locura. Fuimos a un castillo desde donde se divisa la ciudad ¡que espectáculo! Además ya están terminando el puente colgante, que es el más grande de europa y el 2º del Mundo. Lisboa nos dejó encantados, mudos, personalmente yo pensaba que estaba soñando, pero también mu tristes: bajaron ahí todas las pibas brasileñas. 
Y sobre esto aunque no hay mucho que contar te puedo decir que fué lo mejor a bordo. En Santos subió mucha gente, en Río no tanto. Las pibas muy lindas. Al principio no se mostraban muy comunicativas pero poco a poco fueron cambiando y siendo tal como son. Nos hicimos muy amigos, el tiempo fue muy corto, pero fue algo digno de recordar. ¡Que simpatía! además una belleza en todo sentido. Yo en diez días casi aprendo a hablar portugués; es un plato, ahora me convencí que la mejor manera de aprender un idioma es hablando con una chica. Me sentí muy triste cuando desembarcaron en Lisboa. Roberto también ya que se había entusiasmado bastante con una piba de S.Pablo, muy linda, muy interesante (Hablaba 4 idiomas, e iba con unos futbolistas al mundial, trabajando de traductora) Mirá viejo, es una sensación muy fea despedirte de alguien que sabés no vas a ver más. En fin ahora el barco está muerto, tenés que ver la diferencia. Otra cosa interesante es el asunto de las monedas. Nosotros estamos ya super cancheros y manejamos el cambio y los valores en cualquier moneda que nos tocó: $ Arg., dólares, cruzeiros, pesetas, liras (se usan en el barco) y escudos portugueses. Dentro de cuatro días estaremos ya en Alemania y ahí será el marco quien entrará a correr. Pero es fácil; uno se acostumbra. El tiempo se mostró magnífico siempre y el mar es de un color azul increíble. Ahora estamos en el mediterráneo y se ve la costa española muy cerca. Montañas y montañas. Esta mañana se veía áfrica también. Mañana estamos en Barcelona y de ahí te envío esta carta. 
A Diana la extraño mucho y siempre pienso en Australia. Héctor ahora te puedo asegurar que no hay nada como viajar y conocer el mundo. Yo por mi parte creo que andaré bastante antes de quedarme quieto ¿Como andan tus cosas? ¿Qué tal esos proyectos y todo en general? ¿Y la motoneta? Ponele aceite adelante y atrás; le hace buena falta. Te volveré a escribir desde Alemania cuando ya esté asentado y te enviaré la dirección. Bueno hermano, saludos a los tuyos, a Marisa y para vos un fuerte abrazo de tu amigo


Tono.