Santiago del Estero – Grazo- Agosto 25 de 1993- Querida Maria Pia:
Debe ser esta la cuarta carta que te escribo, aunque las anteriores no las haya enviado. 
Hace cuatro meses y medio que aquí estoy, pero hace muy poco que realmente comienzo a sentir diferencias importantes en mi vida. Por un lado, este tiempo me parece una eternidad, yo que lo he vivido muy intensamente; y por otra parte me parece que fué ayer que llegué, porque aún siento que no es tiempo de volver. 
Pero me parece que la palabra “volver” no es correcta, porque lo que ella me significa, no voy a hacerlo, es decir en el sentido de desandar mi camino. Tengo mis ojos y mi voluntad puestos o fijos hacia delante, y hay tanto que recorrer en esta vida… 
Aun así, te siento en mi corazón y de una manera muy especial. Te he soñado, dormido y despierto. 
La imagen de tocar el timbre de tu puerta es algo que ojalá la vida me permita hacer. Ahora, y de vez en cuando, releo la carta que me distes en Bs. As y la que enviaste. Las guardo junto con la foto entre las cosas que más quiero. También las llevo en el corazón. 
Por el momento estoy tranquilo y en paz… He vuelto a vivir en la casa de mis abuelos, donde nació mi viejo. Es lo que se dice “un rancho”. Humilde y santiagueño. Me encontré con la música, con mi gente y conmigo. Vivo solo, he hecho buenos amigos, hago bien mi trabajo y hasta estoy elaborando proyectos que me permitan crecer. Por ahora, esto de dar clases me permite vivir y bien, pero nada más. 
Y creo que esto era lo que necesitaba, pero ahora, siento la necesidad de expandirme un poco. Hay muchas cosas que no pienso abandonar, sobre todo, la vida y la libertad. 
Te extraño Maria Pia. Sos más que un recuerdo o una añoranza, sos un regalo de la vida. Una hermosa mujer. 
Las cosas que me contás en tu carta, tanto de nuestros amigos como de vos, hablan de un tiempo de grandes cambios, de liberación de fuerzas por mucho tiempo contenidas o adormecidas. En mi caso, por ejemplo, he vivido varios años en un frasco de cocaína. Recién ahora comienzo a sentirme “entero”. 
Tal vez esa sea la razón por la que no te escribí o no te despaché antes las cartas. Ahora estoy seguro de lo que hago y de lo que digo. 
Te cuento que también le escribí a Raquel, asi que si lo juzgan oportuno, contale alguna de estas cosas, y pedile que te cuente, asi no escribo dos veces lo mismo (fiaca). 
Recibi todo mi amor. Como el que nos dimos en Buenos Aires. 
Un beso y un pedacito de chacarera de regalo: 

“No hay quien cante en esta tierra 
como los pájaros cantan. 
Son libres de darse al viento 
son libres de la palabra 
ser uno más en el aire 
es lo que al hombre le espanta”“De algún lugar en la tarde, salió una voz que me dijo: es bueno andar por el mundo, amar, sufrir olvido, sabiendo que aquí la vida y la muerte tienen su sitio”. (Peteco) Tula P.D.: todo mi cariño para Salvetti y flia para el Colo, Damián, Andrea, etc., etc., etc.