Buenos Aires, Planeta, 2000
Edición con guía de lectura
Introducción, notas y guía de actividades a cargo de Adriana E. Narváez
Edición a cargo de Diana Paris
La trama de La traducción se monta en un pueblito
costero y perdido del sur de la República Argentina, en un hotel a
medio construir donde se organiza un simposio de traductores. Ahí, la
primera noche, uno de ellos muere y no se sabe por qué. El narrador es
uno de los invitados que participa de la convención y que guarda
historias antiguas de amor con Ana, una colega, y competencia
profesional con otro, el tal Naum. Naum, en realidad, parece ser la
estrella del convite. Al día siguiente muere otro y así.
La novela de Pablo de Santis fue finalista del premio Planeta y toma
para sí y expande algunos de los tópicos de la literatura policial
clásica. O mejor, los entrelaza. En un lugar distante, fuera de todo,
se suceden unas muertes extrañas. El narrador, sin un ánimo
detectivesco pleno, pero sí con la misma curiosidad que hace a un
traductor revelar el sentido de lo que se desconoce, va descubriendo
algunos indicios que permiten atar una muerte con otra. Pero la pista
que será clave para el desciframiento del enigma será una carta, como
en el film célebre de Bette Davis.
Es que la carta -toda carta- testimonia un pasado que luego se deja
ver como tendencioso, cuando ya las piezas se movieron hacia algún
lado, pero que en el momento de firmarse de puño y letra era inocente.
Como las cámaras de registro de las sucursales bancarias, que plasman
el movimiento del inminente ladrón cuando sólo era un cualquiera que
pagaría sus cuentas de alumbrado-barrido-limpieza en la caja habilitada.
Esta edición de Planeta incluye una guía de lectura con propuesta de trabajo para estudiantes secundarios.
-Feliz cumpleaños -dijo, chocando con disimulo mi copa-. Hace rato que pasaron las doce.
– Me había olvidado.
-¿Cuál fue el primer regalo que te hice?
-No me acuerdo.
-Una caja de óleos que nunca usaste. ¿Y el último?
Ése sí lo recordé. Una lapicera con la que le escribí varias cartas que no me contestó.
-Tampoco me acuerdo.