Cartas de amor

La amistad del “Che” y Tita Infante a través de sus cartas


Adys Cupull y Froilán González

Ameghino Editora, Rosario, 1997


Cálida presencia recoge una parte de la correspondencia que Ernesto “Che” Guevara mantuvo con su amiga Berta Gilda Infante, “Tita”, compañera de estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y con la que Ernesto compartió tempranamente inquietudes políticas.
Este epistolario comentado incluye las cartas enviadas por el Che a su amiga entre 1952 y 1956, así como testimonios de amigos y familiares de ambos.
El inicio de la correspondencia coincide con el primer gran viaje a través de las tierras del continente americano del Che acompañado de su amigo Alberto Granado. En esta comunicación epistolar prácticamente ininterrumpida, el Che le cuenta sus experiencias, sus descubrimientos y su indignación ante las injusticias que son moneda corriente en la región.
El fin de la correspondencia aquí publicada coincide con el momento en que el Che se une a Fidel Castro, realizando tareas médicas y preparando la expedición para entrar en Cuba.
El libro incluye, además de las cartas recibidas por Tita, una carta escrita por ella –jamás enviada- tras el desembarco de la expedición liderada por Fidel Castro en Cuba, en diciembre de 1956, en la que expresa su intuición de que Ernesto sigue vivo y de que en algún momento volverán a encontrarse.

Querida Tita:

Ahora me toca a mí desertar de nuestra amistad epistolar por algún tiempo. Realmente, aunque sea la más trillada de las escusas [sic] tengo un trabajo loco (y, lo peor, infructífero en ambos terrenos: el científico y el económico).
Ya nació el heredero, que resultó heredera y lleva el nombre de Hilda Beatriz, tiene 15 días y es la causa de una doble alegría para mí. Primero, la de la llegada que puso un freno a una situación conyugal desastrosa y segundo, el que ahora tengo la total certidumbre de que me podré ir, a pesar de todo.

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