Yo era un niño que, como tantos otros, soñaba con jugar al fútbol. Me esforcé, sacrifiqué muchas cosas y me acerqué a hacerlo realidad. Crecí y empecé a soñar con jugar en el Real Madrid. Aprendí, dejé casi todo de lado… y se cumplió.

Pero uno no debe dejar nunca de trabajar, por mucho que crezca. Ni de soñar, por mucho que se cumplan algunos sueños.
Hoy me voy del Real Madrid, de la que ha sido mi casa durante 10 años. Me voy sin nada que reprocharme y sin nada que reprochar. “Trabajo duro, conciencia tranquila”. Alguien me dijo esa frase una vez y define bien mi vida. No he dejado de aplicarla cada día. Como no he dejado de darlo todo ni de defender los valores que desde que era un niño me enseñaron.

Me llevo grandes recuerdos, muchos amigos, títulos inolvidables en noches mágicas y el respeto y cariño de todos. Gracias por vuestro apoyo y por vuestra leal exigencia.

Llevaré siempre en el corazón cada día que defendí esta camiseta y que escuché vuestro aliento.