Recibo cartas de la patria mía, 
cartas que son porciones de otras vidas. 
Algunas son historias desdichadas 
otras perfuman llenas de esperanza.

Cartas. Recibo cartas.

Cartas azules desde Purmamarca 
y cartas verdes desde Catamarca. 
Otras del sur con vientos del desierto 
otras de arena y sal y olor a puerto.

Cartas. Recibo cartas que me sonrían 
y otras que sollozan.

Nadie se acuesta en un lecho de rosas.

Cartas. Recibo cartas.

Pero de vos no tengo ni una letra 
ni una estampilla sin las alas quietas, 
y estoy aquí muriéndome en la puerta, 
juntando impuestos y otras cosas muertas.

Cartas. Recibo cartas.

Encuentro sobres con algas marinas 
sobre la mesa azul de mi cocina, 
un fax de Chile y otro desde España 
pero de vos, amor, ni una palabra. 
Cartas extrañas llenas de amenazas 
y otras pequeñas plenas de alabanzas. 
Leo entre líneas que alguien se declara, 
pero de vos, amor, nada de nada.

Víctor Heredia



0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *