Coronel suicida deja carta donde dice «no quiero ser un cacho viviente»

En una dramática carta, dirigida a sus familiares, amigos y «no amigos», el ex uniformado explica que ya no podía resistir ni cumplir sus compromisos económicos porque «sistemáticamente se le fueron cerrando las posibilidades laborales».

SANTIAGO.- «No quiero ser un cacho viviente, lleno de dificultades y malestares sin solución en esta vengativa sociedad». Esa es una de las frases que contiene la carta dejada por el coronel (r) Germán Barriga antes de suicidarse ayer. El documento, de una página, solicita hacer público su contenido, y va dirigido a su esposa, sus hijos, familiares y a los «amigos y no amigos». «Llegué al punto de no poder resistir y cumplir mis compromisos económicos, porque sistemáticamente, como lo saben mis más cercanos y grupos políticos que me han perseguido y presionado entre otras acciones, para sacarme de mis últimos tres trabajos desde que soy uniformado en retiro, se me fueron cerrando totalmente las posibilidades laborales, incluso por gente no política, pero miedosa de represalias si me contrataba… todo por vivir y cumplir órdenes en el periodo del Gobierno Militar», dice una parte del texto. La participación de Barriga en la Brigada de Inteligencia Metropolitana durante los años de la DINA (integraba la Brigada Purén y usaba el alias «don Jaime») le había significado enfrentar tres procesamientos. El coronel, de 60 años, estaba encausado en el denominado caso Conferencia por el juez Juan Guzmán, por la desaparición de nueve personas, entre ellas Jorge Muñoz (esposo de Gladys Marín) y Víctor Díaz (padre de Viviana Díaz). También estaba procesado por la desaparición de Julia Retamal Sepúlveda, la ejecución del dirigente sindical Jorge Lamich y se investigaba su participación en el lanzamiento al mar de Marta Ugarte. Por ello se presume que enfrentaba un severo cuadro de depresión, que se agudizó hace una semana cuando fue despedido por una empresa del área de supermercados, donde se desempeñaba como instructor de guardias. 

Publicado en el periódico Emol de Santiago de Chile, el 18 de enero de 2005.