Buenos Aires, Colihue, 1987
En este cuento no muy breve, Graciela Montes nos acerca a la
historia de un amor infantil entre Santiago y Teresita, dos chicos de
la escuela de la calle Vallegrande, del barrio de Florida, en la
provincia de Buenos Aires. De ese amor, la autora nos cuenta c ómo
nació en un día de morondanga, que son siempre los mejores días.
También nos cuenta cómo todo el barrio llegó a saber de la existencia
de este amor y cómo mil setecientas veinticinco flores de mil
setecientos veinticinco jardines de Florida llegaron reunidas en un
solo ramo hasta la casa donde Teresita vivía con su familia. La Historia de un amor exagerado
es la historia de un amor que fue y vino ensobrado entre buzón y buzón,
y creció entre destinatarios, remitentes y estampillas, muchas
estampillas.
Santiago quería tener esa carta; pero no la abría. La escondía. La metía contra el cuerpo, debajo de la remera, la tocaba muchas veces, porque Santiago era de esos a los que les gusta juntar las ganas. Después sí, en un rincón y solo, la leía. Leía mil veces esa carta, tantas que podía repetir palabra por palabra, punto por punto lo que Teresita, de Zelaya, le escribía.