¿Por qué me vine de Chile
tan bien que yo estaba allá? 
Ahora ando en tierras extrañas, 
ay, cantando pero apenada.

Tengo en mi pecho una espina 
que me clava sin cesar 
en mi corazón que sufre, 
ay, por su tierra chilena.

Quiero bailar cueca,
quiero tomar chicha, 
ir al mercado 
y comprarme un pequén. 
Ir a Matucana 
y pasear por la quinta 
y al Santa Lucía contigo mi bien.

Antes de salir de Chile 
yo no supe comprender 
lo que vale ser chilena: 
ay, ahora sí que lo sé.

Igual que lloran mis ojos 
al cantar esta canción, 
ay, así llora mi guitarra 
penosamente el bordón.

Qué lejos está mi Chile,
lejos mi media mitad, 
qué lejos mis ocho hermanos, 
ay, mi comadre y mi mamá.

Parece que hiciera un siglo 
que de Chile no sé nada, 
por eso escribo esta carta, 
ay, la mando de aquí pa’ allá. 

Violeta Parra


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *