De mamá a querido Mariano – [Lanús], 18 de noviembre de 2001

Lo extraño es que esta costumbre de cartearnos no ha sido como consecuencia de haber estado lejos. ¡Qué paradoja! ¿No? Por lo general la gente se escribe cartas cuando está distante. Sin embargo, entre nosotros, la comunicación escrita fue parte de nuestra vida y no porque nos faltara facundia, sobre todo a vos que dijiste tus primeras palabras a los seis meses y mantenías conversaciones al año (pero esto ya te lo conté muchas veces ¡hasta tenés un casete grabado! ¿Te acordás?), sino simplemente porque tuvo su razón de ser en cada etapa. Será por eso que ambos guardamos cartas y tarjetas. Es que los recuerdos son algo así como improntas de nuestra vida en el alma, pero a veces necesitamos hacerlos visibles a los ojos, por eso las las fotos, las cartas, las películas (cuando se pudo).