Cartas de ficción
Post scriptum, de Juan José Arreola
Ya con el cañón de pistola en la boca, apoyado contra el paladar, entre un aceitoso y frío sabor de acero pavonado, sentí la náusea incoercible que me producen todas las frases hechas. «A nadie…» No temas. No voy a poner aquí tu nombre, tú a quien debo la muerte. Leer más…