De Trino a sus queridas Marías – San Sebastián, 27 de julio de 1937

No te preocupen las tarjetas Mariacho. Las tenia hace tiempo guardadas. Mejor empleadas imposible. La de hoy es una vista verdaderamente preciosa, unas y otras formarán el mañana un tomito no muy améno pero si revelador de lo tenaz que soy tratándose de mi cariño por vosotras. Aun guardo muchas. Las miro con amor. Son el hilo material que sirve para nuestras comunicaciones.

De Trino a sus queridas Marías – San Sebastián, 18 de julio de 1937

Yo no se ahora que estas lejos siento un vacio enorme. Ya ves que era rarisimo, y tan raro, que no me pusieras cara pero que bueno pues es como si todo me faltara con la gente hablo por hablar pero mis sentimientos me los trago todos, á nadie puedo comunicarselos, de no ser á ti y siento como una angustia y unos de aliviarme contandote mis cositas, tantas cositas de las que estoy lleno que sino fuese por el respiro que supone escribirte estas tarjetas y lo iluso que soy ¿Quien sabe lo que sería de tu hermanillo?

De Viviana a Beba – [San Remo] 5 de noviembre de 1999

Me está costando adaptarme un poco, ya que aquí en San Remo, la gente no es muy hospitalaria, es mas bien fría y yo soy una persona acostumbrada a relacionarme. Tambien el ideoma me cuesta hablarlo, ya que con el único que converso es con Alessandro, entiendo casi todo pero me cuesta un poco manejar los verbos! Él se compro un curso de ideoma italiano-español y ahora habla el español mejor que yo el italiano!! Pero poco a poco estoy acomodándome a ésta vida tan distinta! Extraño muchísimo a mis viejos y a mis hermanas decir que me hablan seguido y eso me carga las baterías es un alivio sentir sus voces, lo mismo cuando recibo cartas, como la suya

De Trino a sus queridas Marías – San Sebastián, 10 de julio de 1937

Son las diez y cuarto de la noche, escribo desde el saloncito del piano, es que me dolía un poco la cabeza y no voy a la sesión de la noche.
Aquí estoy haciendome la ilusión de que ha de abrirse la puerta y aparecen vosotras.
Ya yo no tengo mala aparición. No se, pero si alguna vez María vuelvo a verte ¿sabré ó podré por lo menos hablarte? No te rías de que nada más pensarte y se me pone carne de gallina.