Adiós que se va Segundo
en un buque navegando,
las niñas que lo querían
casi se han muerto llorando.
Déjenlo que se vaya,
no lo sujeten,
déjenlo que navegue,
cinco o seis meses.
Cinco o seis meses, sí,
yo le escribiera,
pá decirle a Segundo
que se volviera.
Cierto yo le escribiera
que se volviera.
Violeta Parra
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