Palencia, 7 de noviembre de 1940

Querida madrina:

Hoy he recibido la carta con el talón de la ropa facturada. Veo que no ha recibido mi carta, contestación a las dos suyas. Escribía para Fernando y Rafael en ella, y seguramente su extensión la he perdido. ¿Cómo va esa vida? Imagino que muy atareada y penosa. No me dice nada de la vuelta de tío Germán a Madrid. Quisiera saber qué hay concretamente, ya que la situación económica de mi mujer, y la mía en último término, serían menos estrechas. A ella, como a mí, se nos hace imprescindible su ayuda, porque tanto allá como aquí, como ahí mismo, querida madrina, son cada vez mayores las dificultades para nuestra existencia. Que no deje Luis de ver a Rafael y que me comunique sen seguida cuanto sepan del tío Luis, tan estudioso y trabajador como debe. Cuando regrese el padrino dígamelo para celebrarlo con una gran alegría, ya que no con otra cosa. Dé muchos abrazos a los niños, especialmente al mayorcito, que se lo merece. Luis, ya sé que has visto a Vicente. ¿Cómo está de su dolencia? Abrázale en cuanto le veas de nuevo. Josefina me escribe que está bien por no decirme otra cosa. Muchos abrazos.

Miguel.

Publicado en Miguel Hernández, Epistolario, Madrid, Alianza, 1986.