Nueva York, domingo 13 de septiembre

Queridos papá y Chino:


Recién encuentro un minuto para escribirles. Por suerte no tengo más que buenas noticias, no se imaginan lo bien que se va desarrollando el viaje, están aprovechando muchísimo el tiempo. Aquí en Nueva York no pasaron quietas un minuto. Mamá está increíble, entendía todo lo escrito en inglés y se desbrataba perfectamente.
Dejó con la boca abierta a todos mis amigos, sabía todo de todo, de antemano, los monumentos, las obras de arte, así que todo lo que se le va presentando lo aprecia doblemente. El domingo pasado a las 20 salimos para París. Llegamos con media hora de diferencia, yo antes. Fuimos a un hotel regio situado en un punto de lo más estratégico y los tres días que estuve yo le sacamos el jugo al tiempo de una manera increíble. Desde el primer día se nos unió mi amigo cubano Néstor Almendros que se quedó sonso con mamá, por su juventud de espíritu, además la encontró magníficamente conservada.
Yo desde que las dejé el jueves vivo pensando minuto a minuto en lo que están haciendo, tengo unas ganas terribles de saber cómo les está yendo en Roma, mis amigos las esperaban ansiosos. Mañana lunes espero tener carta, no doy más de la impaciencia. Aquí el departamento está de una tristeza insoportable, lo tomé y lo amueblé con mucho entusiasmo pero ahora me estoy dando cuenta de que era sólo por el afán de recibir bien a mamá, ahora me queda grande tanta casa.
Escríbanme pronto y estén contentos que no creo que nadie nunca haya gozado y aprovechado tanto de un viaje como la Buschiazzo.
Muchos besos,


Coco.

Publicada en Homenaje a la madre del diario Clarín de Buenos Aires el 21 de octubre de 2001