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Nadie piensa que puede quedar inmerso en un litigio judicial hasta que le ocurre. La situación conflictiva que atravieso con el progenitor de mi hijo me hizo conocer en carne propia lo que tantas veces se dice de la Justicia y vos crees que no es verdad.

Hace 7 meses la Justicia demora el próximo abrazo con mi hijo. Hace 7 meses la Justicia no da señales claras de algún trabajo que pueda hacerse para generar la revinculación con mi hijo. Hace 7 meses la Justicia no ha garantizado el cumplimiento del régimen de visitas, robándome de este modo la oportunidad de compartir con la persona más importante de mi vida el tiempo que nadie devuelve.

Los tiempos de los niños no son los tiempos de la justicia; los tiempos de las familias, no son los tiempos de la justicia. La justicia no puede haber definido por mí estar sumergida en esta tremenda angustia que no tiene fin porque no hay plazos. Mi expediente sigue engordándose con más y más presentaciones que parecen no tener quien las lea. Por momentos siento que hay cómplices allí colaborando con la manipulación psicológica de la persona que me alejó de mi hijo y profesionales que hacen de este tema una industria y muy lejos están de velar por los derechos de mi hijo y mi familia.

Hoy, y con todo el dolor del mundo por la enorme decepción que siento por verme desprotegida en el marco de un litigio judicial, siento que la justicia es machista. Inicié cada uno de los caminos sugeridos por mi representante legal, respondí y me presenté por cada vez que me fue solicitada; soy una buena mamá, amo a mi hijo, lo extraño. Quedé chica al costado de un sistema enorme que tiene mucho poder pero absolutamente nada de empatía. La demora de la Justicia es el tiempo que me falta para el próximo abrazo con mi hijo. Sabrá decirme quien lea cúanto tiempo es justo que yo deba esperar por ese abrazo.