08-01-98
¡Hola Majo!
¿Cómo estas? Yo pienso que bien, ya me voy recuperando poco a poco, pero es muy difícil como ya te conté en la otra carta. No se si la recibistes, si la recibistes escribeme pronto. Como me aburro, te mando esta carta para contarte más cosas, ya que la carta que te mandé ya está pasada y ahora en esta te cuento cosas nuevas y más interesantes. 
Bueno, en la otra carta te dije que había conocido a un chico llamado Diego, que era muy riquiño y que me gustaba, (o algo parecido), pues las cosas cambiaron y ahora salgo con él. La historia de cómo empezamos es muy simpática, un día antes de las vacaciones de Navidad le escribí una carta diciéndole que él me gustaba y comentándole que quería salir con él. Llené un folio con palabras que para mi tenian valor. Bien, le dije a Rebeca (una compañera) que se la diese a la salida de clase. Ella lo hizo, y le doy las gracias por que lo hiciera. Al día siguiente a la hora del recreo, no hablamos, pero eso sí me saludó, cosa que me puso histérica de los nervios. Me cabreaba que no me hubiese dicho nada sobre la carta. A la hora de comer, estubimos hablando, ya que salimos a la 1:05 y yo me voy a la 1:30 y él bajaba a comer a la 1’20. Hablamos de muchas cosas. 
Él bajaba las escaleras con Patricia, tú ya la conoces, ella se fue y yo lo llamé. Le pregunté si había leído la carta, me dijo que sí y me preguntó si era coña, le dije que no. Él no sabía que hacer, si salir con migo o no, estaba en dudas, aunque primero me dijo que no le importaría salir pero que no quería hacerme daño, ya que había sufrido por lo de mi abuela. Yo le mentí le dije que lo había estado pensando [verdad] y que la vida continuaba [menos] para mi. Ahora sé que es así, pero en aquella época no. Me dijo que hablaríamos a la tarde, que ya tenía que irse, y se fue. 
A la tarde volvimos a hablar, yo fui a junto de él y le dije que lo de salir estaba en sus manos. No se lo dije así con estas palabras, pero hice que él decidiera. Nos dijimos, mejor dicho, yo le dije que quería ir despacio y que la mayoría de la gente no se enterase. 
Esto fue un jueves y el viernes ya lo sabía el colegio entero [menos David menos mal]. Yo me quedé alucinada, atontada y todas esas cosas. 
Esto que te acabo de escribir es a ti a la primera persona que se lo cuento con tanto detalle. Me encanta contarte cosas, ya que sé que eres mi amiga y que la distancia no separa una buena amistad y como dijo Alejandro Sanz «La distancia no es cuanto nos separemos, la distancia es si no volvemos». Te considero, como ya te dije, una de mis mejores amigas, tú aunque no estés cerca no te distancias como las demás.
Te voy a seguir contando cosas que me pasaron con Diego. Los días siguientes a empezar a salir no pasó nada importante. Los fines de semana no nos podemos ver, ya que él vive muy lejos de mi casa, entonces hay que aprobechar en el recreo y demás horas que pasemos juntos. 
El miércoles de la semana siguiente a salir era el último día del año que pasaba conmigo, ya que el jueves (cuando hacíamos una semana no estaba), bueno ese día fue la primera vez que me besó. Fue muy tierno, muy cariñoso y me dio muchos mimos, (cosa que me gusta), te lo cuento por que sé que te gusta oir que la gente sea feliz. 
Al día siguiente, el jueves lo pase mal, ya que se había ido, no te lo dije antes, pero se fue a Suiza a pasar las Navidades con sus tios. Lo heché mucho de menos, en clase estaba muy distraida y triste. Hechaba de menos estar con él, tenerle cerca y no poder oir su voz, quería oirlo, pero me dije a mi misma que lo que no puede ser no puede ser. El viernes ya era el último día de clase, cosa que me animó un poco, pero no del todo. 
No volví a hablar más con él hasta que me dio por llamarle a su casa y me dijeron que estaba en lo de su abuela y me dieron el número, cosa que no me esperaba. Estuvimos hablando sobre media hora más o menos. Se quedó muy sorprendido al coger el teléfono. Me dijo que me había traido algo de Suiza, le pregunté que era y no me lo dijo. Hoy le volví a preguntar y me dijo que me lo daba mañana, si no te hecho la carta antes de mañana te pongo lo que me trajo. Bueno, iba por lo del teléfono ¿no?. si, pues le pregunte eso y le dije que lo echaba mucho de menos, él me dijo lo mismo, también me dijo que me quería mucho. 
El día cinco de enero, estaba en el bar, cuando entró Angela y me dijo que había alguien esperandome fuera. Salí asustada, no esperaba a nadie y menos a él. Miro a la derecha y allí estaba él, había venido con sus padres (los que no saben nada de lo nuestro, ya que me parece que lo sabe el mundo entero) [Hasta lo saben mis padres, y como no la family al completo]. Estuvimos hablando unos cinco o diez minutos y se fue con sus padres. 
Hoy empezó el colegio y lo volví a ver, le di un beso y nos fuimos a otro lugar a hablar. Estubimos contandonos cosas de las vacaciones durante un cuarto de hora más o menos. Después fuimos a las escaleras a las que se va al piso de arriba en el colegio, allí empezó a besarme, justo cuando toco el timbre y la gente empezó a subir, y nos fuimos, no quería que nos viesen [no es que sa muy tímida pero no me gusta que nos vean cuando nos besamos] 
Hoy en la hora de comer estuvimos juntos ese cuarto de hora. Le dije que viniera conmigo y me siguió. Fuimos a mi clase, donde no había nadie y nos besamos. Fue maravilloso, ya que como te dije, es muy tierno y cariñoso con migo. Es una persona muy buena y a mi me encanta eso de él. 
Tengo, bueno, hay gente en clase que se pasan mucho con migo y con él, pero yo paso de ellos y por decirlo de alguna manera los mando a la mierda. No sé si te lo dije, pero sólo confío en una persona en el colegio a quien contarselo todo [también confío en Patricia, es una de las mejores personas que conozco], o casi todo, ella es Rebeca, no se mete con nadie, como yo, pienso que tenemos algunos puntos en común. A ella fue a la primera que le dije que Diego era el que me gustaba y la primera que se enteró de que estábamos saliendo. y otra vez le doy las gracias por que no se lo dijo a nadie. Pero aún así no siento tanta amistad como contigo. 
Tengo mucho miedo a una cosa, esa cosa es de tener que romper con él a final de curso, ya que no nos podemos ver. Yo no quiero romper con él, aunque si lo hago es por la distancia, ya que estaría mucho tiempo sin verle. Pero soy positiva y no pienso en ello, si no en que encontraremos una solución. 
Son las once menos diez, llevo desde las nueve y diez escribiendote esta carta y escuchando a Alejandro Sanz. Tengo tantas cosas que contarte que no se que decir. Hace mucho tiempo que no te escribo y que no recibo una carta tuya, seguramente si me mandastes una ha de estar a llegar, hoy o mañana, no lo sé. Lara me dijo que tenía una carta para ti le dije que me la diera (cosa que no hizo) mañana se lo recuerdo y si me la da ya te la mando con esta, y así no cierro el sobre y te cuento lo que Diego me regaló. Es más bueniño. Bueno, te dejo, pero te mando unas palabras (como yo llamo a todo lo que escribo) que escribí después de que mi abuela se muriera. 
El otro día fui allí 
ver no te ví 
pero mi corazón nota tu sentir 
Sabía que estabas allí 
lo sabía, por eso quise ir. 
No quiero ser mala 
pero una cosa pienso yo 
que sería mejor para ti irte 
que para mi que te quedaras 
para así yo menos sufrir 
Ahora estas en mi mente 
en mi corazón 
en mi sangre 
en mi razón 
en mi odio 
en mi traición 
en mi hambre 
en mi dolor 
en todo mi ser te encuentro yo 
y en mis ojos lágrimas derramo. 
Solo en verte pienso 
me consuela el llorar 
que viene por amar. 
Me entristezo por llorar 
Me falta algo que no se puede explicar 
Ahora vivo en la calle de la tristeza 
y no se como salir de ella.
Espero que te guste, aunque a lo mejor no lo entiendas. Cuando lo leas piensa en como debe estar una persona después de que se le muera a quien quiere. Ahora cuando leo todo lo que escribo me doy cuenta de que mi vida no me importaba, llegó un momento en el que me quería morir, no aguantaba más, no encontraba un apoyo para seguir adelante. Ahora lo encontré, y me alegro. Supongo que pensarás que debo estar loca pero soy muy sentimental y hay veces, como esta, en las que no soy capaz de dominarlos los sentimientos. 
Me despido con un beso, con un abrazo y todo eso de las despedidas. Te deseo que el 98 sea un buen año, que encuentres novio, que te salga bien todo y seas feliz. 
Un beso de una amiga que 
de ti no se olvida
Ana
PD1:Escribeme pronto
P.D2: ¡Por favor!
P.D3: Dime cuando vuelves. Tengo ganas de verte.
P.D4: A lo mejor el sábado voy a Pontevedra o a Vigo al Corte Inglés a comprarme ropa. Seguro que voy, pero ya te contaré.
PD5: Las hojas están enumeradas aquí para que no te pierdas. Me parece increíble escribir tanto
PD6: el día 11 de enero hago un mes con Diego.
BYE – BYE
Pd7: Bueno, hoy no mandé la carta, pero mañana seguro que si. Lara no me dio su carta, entonces no te la mando. Con respecto a lo que me regaló Diego, es un muñequito de peluche; es precioso, cuando vengas a España te lo enseño. Es más buenito con migo, y lo quiero, yo sé que él también. Este fin de semana lo voy a pasar mal, no lo voy a ver, pero menos mal que solo son dos días. Como me queda medio folio te voy a contar lo que me pasó hoy. Estuvimos juntos la mitad del recreo más o menos, ya que la otra mitad estube haciendo exámenes. Después, a la hora de comer fuimos a su clase, me dio el regalo, y antes de abrirlo le besé, lo abrí y él me besó y bajamos, él a comer y yo a esperar que me vinieran a buscar. A las 3, cuando empieza la clase por la tarde, él se iba a su clase con Patricia, los acompañé hasta su clase, Patricia entro y yo y él nos besamos. Parecera absurdo, pero lo hize porque sabía que a las cinco y media (hora de salir de clase) no lo iba a ver más hasta el lunes, ya que Maika viene justo cuando nosotros salimos, y su clase sale cinco minutos más tarde. Pero le dije a Maika que el lunes podía venir a las seis y pico, que por mi no pasaba nada. Bueno, me despido por 3º vez. Aunque no te lo escribí antes te deseo feliz año a ti y a tu abuela. Te quiero mucho.
Ana