Duque y primo:

He recibido la carta de vuestra mano, del 24 [de junio]. Por lo que de vos conozco, creo muy bien que todo aquello que allí me indicáis nace del celo de servirme y el puro deseo de acertar. El estar tan seguro de esto me hace ser con vosotros más franco de lo que sería con otro … Si esta fuese una guerra injusta, pudiera tomarse esta tormenta por señal de la voluntad de Nuestro Señor para que desistamos de ofenderle; mas siendo tan justa como es, no se debe creer que Él la ha de desamparar, sino de favorecer más incluso de lo que podríamos desear … Yo tengo ofrecido a Dios este servicio … Alentaos, pues, en lo que os toca.

Felipe