San Cayetano
21 de Agosto de 1951
Mis queridas e idolatradas hijitas:
No os podreis imaginar lo triste y contrariado que estoy por no poder aún enviaros los pasajes. Tanto que lo deseamos de estar juntos y a lo que se retrasa, muy a pesar de nuestros deseos. 
En fin, un poco más de paciencia que todo llega en ese mundo y naturalmente también vendrá el momento de estar juntos otra vez.
La alcancía ya está casi llena de moneditas, esperando sólo que vosotras le rompais la panza para sacarle los pelitos y poder compraros lindas golosinas ¡Hay unos caramelos y bombones!… ¡Que son de lindos y sabrosos!
Veo por la fotografía que me ha enviado la mami que estáis las dos muy creciditas. Tanto los primos como vosotras estais todos muy gauchitos. La abuelita un poco más viejita, la tia Anita está igual, lo mismo le pasa a las tias Conchita y Nieves y al tio Francisco. Pero la mamita está muy macanuda y decidle que me la comería a besos si la tuviera cerquita. 
Del perrito ya me acuerdo, pero ahora no quiero ninguno, hasta que vosotras la podáis cuidar. Yo tengo demasiado trabajo y preocupaciones. 
Bueno mis queridas pibetas, con mucho sentimiento tengo que despedirme, ya que son las dos y 1/2 de la tarde y tengo que ir a trabajar. 
Dareis muchos besos a los abuelitos y tios y primos cómo también saludareis a todas las amistades. 
Vosotras recibireis el cariño de los tios y primos de acá que constantemente me lo nombran. y de vuestro papi todo el inmenso y profundo amor que sabés os profesa.
Félix