No desesperes Victoria, ésta es la última página de nuestra correspondencia. 
Sólo te escribo para decirte que voy a suicidarme, aún no sé si envenenándome o ahogándome. Te dejo todas mis propiedades, tengo algunas deudas personales que honrar, pero puedes quedarte con todo lo demás. Haz lo que desees con ello, poco me importa.


Totalmente arrepentido, 

Tu Frederick.

Publicado en la película El violín rojo de François Girard