San Rafael, 4 de marzo 98
Muy querida Belén:
El 8 de febrero no pude felicitarte: estaba en Brasil. Por eso, lo hago ahora, con un mes de retraso; esperando que el correo funcione debidamente.
Te deseo sigas tan comprometida en tus apostolados y en tu trabajo y en tus estudios.
Me resulta difícil comunicarme contigo, por la falta de teléfono. Pero sabes cuánto te aprecio, como a tu papá y a tu mamá.
Un abrazo y oraciones.
José A. Rico
Categorías: A María Belén, de 1994 a 1999