Candelaria, 18 de agosto de 1998.
Queridas María Belén, Jésica y Nancy:
Os escribo desde mi pueblo, donde disfruto de buen clima, de mis familiares y de los amigos. Os recuerdo con cariño. Después de tres meses de mi salida de ahí, es hora de hacerme presente. En rigor, estaba esperando que el Provincial me indicase mi destino, donde pasaré el próximo curso, a partir del 1 de septiembre. La dirección la he conseguido arriba, en el membrete. Espero vuestras cartas. 
¿Cómo van vuestros apostolados en la Parroquia ? 
¿Cómo vais cada una en Vuestras preocupaciones vocacionales? Si en algo puedo ayudaros, decídmelo. Rezo por vosotros. 
Saludadme a vuestras familias y a vuestras amistades. San Rafael es para mí un lugar de recuerdos inolvidables, la mayor parte, muy gratos; algunos amargos. Así es la vida. Pero vosotras, como otras personas óptimas de ahí, me habéis conquistado; y soy feliz recordándoos. 
Os quiero mucho. Y rezo por vosotras. 
Un gran abrazo.
José A. Rico