Buenos Aires, 25 de mayo de 1811.

Mi querido Moreno de mi corazón, me alegraré que ésta te halle con perfecta salud como mi amor lo desea:

yo, Mariano y toda la familia quedamos buenas, pero yo extrañándote cada día más y más, y deseando con ansia recibir carta tuya, saber de tu salud, y sentir los trabajos que habrás tenido en un viaje tan largo, ya que no te los he ayudado a pasar. Están en una gran función en acción de gracias por la instalación de la Junta; predica Chorroarín, han hecho arcos triunfales, una Pirámide en media de la Plaza aunque no la han podido acabar, mandó la Junta que los Alcaldes de barrio pidan a los vecinos, para hacer arcos u otras cosas, que acredite el de los vecinos, y que pongan luminaria doble a más de la contribución, yo no he dado nada porque como vos no estás ni yo tango otro patriotismo sino el de mi Moreno, no hago ningún servicio a la patria con quitarme de la boca esos reales; no he ido a ninguna función desde que saliste, las muchachas quisieron llevarme pero yo no he querido ir porque no tengo el corazón para eso ni puedo sufrir la presencia de los autores de nuestra separación y enemigos mortales nuestros, ni me parece que vos aprobarías que mientras estés ausente ande yo divirtiéndome, por todos estos motivos no he salido de mi casa a ninguna función, me han contado tu madre y las muchachas que ha estado el paseo muy feo, poco acompañamiento, sin embargo, de los preparativos que ha habido, a mí me parece que las gentes no están gustosas porque no se ha visto en esta función la alegría que se ha visto en otras, han habido danzas en la plaza, músicas en los arcos y seguirán cuatro noches, en el paseo dice que iba Rafael Saavedra relumbrando con tanto bordado. El estandarte ya no sale en adelante el día de San Martín sino el 24 y 25 de mayo; ayer a las 11 del día hubo repiques y salvas por la victoria que han ganado los nuestros en el Arroyo de las Piedras; de Montevideo salieron mil hombres y los nuestros eran otros tantos, ganaron la acción y tomaron prisioneros a los de Montevideo. Belgrano llegó el 21 de éste y dejó en su lugar a Rondeau. En Potosí hubo una revolución y Lobo fue uno de los principales; te remito la «Gaceta» para que veas como ha sido, dicen que la causa de haberse metido Lobo en esta revolución, es el haber quebrado con Castelli, la Expedición dicen que está a la orilla del Desaguadero; no se cansan tus enemigos de sembrar odio contra vos ni la gata flaca de la Saturnina de hablar contra vos en los estrados y echarte la culpa de todo. No he podido conseguir que encuentren a Oliden en su casa hasta después que salió de la prisión, le mandé pedir el libro y me contesta que no tiene ningún libro tuyo, y al día siguiente vino y me dijo que estaba equivocada, que vos sois el que le tenés un libro que te lo prestó ahora un año, rotulado Brison. Diccionario de física; este tomo es verdad que está en el estante grande que está cerca de la puerta del aposento, pero yo lo he escondido hasta saber si se lo daré o no, yo le dije que no sabía dónde estaba el libro, que te preguntaré si lo tienes entre los demás o por olvido lo llevaste, le he porfiado por el libro que me dijiste pero él niega enteramente, yo no sé cómo ha de ser esto; Fr. Cayetano se va dentro de pocos días a la vista; tu tío don Martín no ha conseguido nada, Medrano no se cansa con todos los demás de sembrar odio contra vos, todo esto me aflige más de ver que no se contentan con que estés lejos, sino que ultrajan tu memoria y hacen cuanto pueden para arruinarte; han echado la vez que te quitan los poderes, como pudieras volver o mandarme llevar, aunque se metieran los poderes donde no les da el sol, que nos importara; te vuelvo a prevenir que no mandes cartas bajo la cubierta de la Junta ; no me acuerdo si te avisé que a Moldes lo echaron a Salta sin nada y le quitaron los grados que tenía; el cuarto lo tengo alquilado por doce pesos a un sanjuanino, Dios quiera que dure; nuestro Marianito está ya bueno y acaba de encargarme que te ponga memorias, que te vengas pronto; acabo de recibir carta de mi madre que ha estado enferma, y mi hermana muriéndose de tabardillo e inflamación de vientre, me lloran mil pobrezas que me parten el corazón y me aumentan mis penas pero no las puedo remediar, no dejes de escribirme a menudo, y basta de guarder secretos a tu mujer que nadie callará mejor que yo, no te olvides de las promesas que me hiciste; recibe memorias de tu madre, hermanas, abuela, tías, y la Marcela , y dáselas a Manuel de parte de todas y no te olvides de mí ni te enojes ni fastidies mis cartas, adiós mi querido Moreno, tu mujer que te ama más que a sí misma y verte desea, Maria Guadalupe Moreno.

P. D. He tenido que abrir la carta después de cerrada, somos 27 y anoche a las diez y media empezaron a repicar en todas las iglesias por la reconquista de Corrientes por los Paraguayos; han tomado tres buques bien armados, y cinco mil paraguayos están sobre la ciudad del Paraguay, que pronto obedecerá a la Junta de Buenos Aires; vienen presos todos los europeos de Corrientes, Velasco dice que no se mete en nada y está retirado en la Candelaria , adiós mi querido Moreno.

Publicado en Williams Álzaga, Enrique, Cartas que nunca llegaron, Buenos Aires, editorial Emecé, 1967



Nota: La primera carta, correspondiente al 14 de marzo de 1811, fue transcripta respetando la escritura original de María Guadalupe Moreno. Para facilitar su lectura, las demás cartas fueron editadas por Enrique Williams Álzaga.


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