Santiago, 15 de noviembre de 1994.

Mamita:
La semana pasada recibí tu carta y como prometés una más larga me quedé esperando por si llegaba, además los acontecimientos laborales se han ido precipitando de tal manera que estoy metida en una locura y tratando de bajarme del asunto con el menor daño posible y también sin dañar a nadie.
Primero, tu carta, me encantó la nota de “La Nación”, como vos decís es un poquito desordenada pero lo fundamental está y es bueno que se conozca. Sigo esperando que me hables de tu “otro” proyecto, me imagino que tiene que ver como de costumbre con algo escrito, si te estás llevando muy mal con la máquina de escribir, hacé un esfuerzo y grabalo, me lo mandas y yo lo paso a la computadora, después te mando las copias y las corregís a mano y yo lo vuelvo a pasar, así sucesivamente hasta que esté listo, no le des muchas vueltas hacelo y punto, finalmente vos sabés mejor que nadie que la única parálisis que realmente frena es la que nos impone la “razón”.
Ahora, te cuento de mi trabajo, era todo mentira, no puedo explicarte cómo me siento de agredida e injuriada, lo peor de todo es que no tengo donde reclamar porque la dueña del proyecto es definitivamente loca, no se si solamente mitómana o además esquizofrénica, pero lo cierto es que armó todo el asunto de la nada, ni su relación de pareja con un diputado socialista, ni sus relaciones con personas importantes del mundo bancario, ni ese comité editorial formado por personalidades importantes del mundo político y empresario chileno, nada era cierto.
Por suerte (en un sentido puramente personal), yo no fui la única engañada, esta mujer comprometió a un montón de personas, su capacidad de convencimiento era impresionante, hasta había conseguido socias, minoritarias, pero socias al fin. Lo peor del asunto es que ella no es conciente de la mentira, quiero decir, no me engañó, se cree todo lo que inventa, es realmente aterrador, porque además de todo tiene cinco hijos, dos de las cuales son adoptadas. Realmente estoy tratando de encontrar la forma de bajarme del asunto sin dañarla al mismo tiempo que consigo que no siga dañando a más gente.
Pienso que si la enfrento directamente con sus mentiras puedo provocarle una crisis y quién sabe en qué termina, así que voy a decirle que no puedo esperar hasta el verano para cobrar y que me salió otro trabajo, que lo siento mucho, en fin…. lo que hay que decir.
El problema es que me siento responsable delante de mucha gente por este asunto, porque hubo periodistas, fotógrafos, un diseñador, que trabajaron conmigo y a los que les tengo que dar una explicación. La verdad, es que quiero que ya sea la semana que viene y sacarme esto de encima.
Además de todo mi problema fundamental, que es que estamos en quiebra, sigue presente, por suerte presenté un presupuesto que me habían pedido para hacer un trabajo de edición para una institución, casi no lo presento pero algo me iluminó, bueno, todavía no me llamaron pero supongo que hay alguna posibilidad de que salga.
Llevo demasiado tiempo buscando trabajo, esto no es normal para nada, van dos años ininterrumpidos de franela laboral y nada se concreta, estoy muy cansada, a veces pienso que soy yo que no sirvo para nada. Tanto que me llena de orgullo esto de ser mujer y pensar como pienso y haber trabajado como trabajé, también me encantó tener hijas mujeres, era la forma de demostrar que servimos para lo que sea, y ahora…. ahora por primera vez en mi vida estoy segura de que si fuera hombre no me pasaría lo que me pasa.
En fin, también estoy haciendo el trabajo que me dio el Chino, te diré que es un espanto, no sé si voy a ser capaz de transformar lo que tengo en un libro. Por ahora, lo estoy pasando a la computadora, porque el original está escrito a mano, creo que el problema fundamental  es que el autor, Antulio Lencinas, dictó esto y no llegó ni siquiera a corregirlo, falleció. Mi idea es si puedo, juntarme con el Chino en San Luis y que él me de los elementos que me faltan para transformar esto en algo legible, trata sobre los Lencinas en Mendoza y sobre el federalismo en general, pero carece totalmente de fundamentos precisos, se trata de un cúmulo de sentimientos y opiniones que se repiten una y otra vez a lo largo de páginas y páginas. Veremos si puedo hacer algo, te diré que más que por el tema de que algo puedo cobrar por esto, lo que me preocupa es que para el Chino se trata de una “deuda moral” con un amigo fallecido, y realmente si puedo darle una mano sería para mí la forma de devolver un poco del cariño que me han dado siempre.
Mamita, me despido, te mando, en hoja aparte, algo que encontré entre mis papeles, está fechada en el 84 y la verdad es que no recuerdo haberlo escrito, para nada, es una tontera pero pienso que te va a gustar, tal vez a papá le hubiera gustado leerlo, lamento no haberlo registrado en ningún momento, se nota hecho así entre una reunión y alguna llamada por teléfono en el trabajo y a los apurones, está mal escrito y se interrumpe bruscamente, pero te lo mando tal cual porque los pedacitos de alma no tienen arreglo.
Te quiero mucho, espero esa carta larga…. Larga, si llega una corta…. Corta, también la quiero, cuídate.

Besísimos
Mariángela