Abri 24- 1959
Elba:
Quiero hablar un poco más respecto de lo que tú llamas “embrollo” sobre el tema “inteligencia- motines a bordo”.
Creo que por naturaleza el hombre se rige por una ley de equilibrio psíquico. No es nada nuevo: Jekill y Hyde, el hombre y la bestia. Ahora bien, estimo que en individuos de raíz intelectual, (entre los que me ubico), casi existe la obligación de ayunar su inteligencia. De romper -o de tratar de hacerlo- en procura de una auto-superación, ese equilibrio natural. 
¿Se consigue? Opino que difícilmente en el fondo, pero menos difícilmente tratándose de cuestiones que hacen a su personalidad de relación al control y al respeto que se debe a sí mismo. 
Yo decía que me avergonzaba de los “motines a bordo”. El motín se producía cuando la voluntad flaqueaba y me avergüenza en producto del respeto que me merecía a mi inteligencia. Porque (?) era duro comparecer ante ella, explicarle los motivos de esa insubordinación anímica.  
No niego la necesidad de manifestarse que tienen el afecto y el instintivo, simplemente trato de que ellos no sean rectores de mis actos. Negarlos sería mejor muestra condición de humanos; pero aceptarlos en toda su fiereza seria aceptar nuestro retrogradamente al más crudo primitivismo. 
Es decir, que yo me creo capaz de cometer cualquier estupidez y también cualquier bajeza, pero eso solo porque yo QUIERO hacerlo. 
Y basta por hoy. 
(Realmente es una hazaña haber dicho todo ésto sin haber hecho más que una tachadura) Dime si entendiste algo. Agradezco tu juicio y el de Melda sobre los cuentos aparecidos últimamente. 
Esta semana he escrito “Operación tío” “Los fantasmas quedaron atrás”, para “Vea y lea” y “Damas y damitas”, respectivamente. 
En la revista “Destinos” estan fotografiando una cine novela con argumento y guión míos. Se llama “Tiempo de cenizas”
Te recomiendo “Un peldaño más abajo” que aparecerá muy pronto en “Estampa”. Y también “Estos padres!”
Esta semana con motivo de la inactividad que impone la huelga me ocupé en visitar a la gente de las redacciones. En la editorial April me leyeron “Otoño infinito”, que fue aceptado, pero sobre el que quieren hablarme el próximo lunes. (Estas reuniones son de crítica literario-comercial. No de constructivo.)
Fuí a “Vea y lea” a felicitar a Soto, el dibujante de “El callejón…” Y hablamos acerca de “El condenado”, el cuento aparecido en el manuscrito anterior, de una tal Ana María Ponce. Me pareció genial. (Y la gente de la revista coincidía conmigo.) Si lo leíste, dame tu opinión. Hace tiempo que no leía un enfoque psicológico tan agudo. 
La huelga bancaria sigue su marcha. El 90% del personal de los bancos oficiales están en la calle. En verdad, nunca hubiera creído en tamaña demostración de unidad. Hasta los del frigorífico, hablan de los bancarios con admiración.
Mientras tanto, por la radio siguen divulgando mensajes e informes con la única intención de resquebrajar la fortaleza del movimiento. Pero ya no se habla de cesantías (como amenazaba el títere Blejer en principio). Ahora se habla de “solucionar el pleito.” Para lo que se cuenta con Dumonte Taborda, Orestes Frondizi y un hermano de Solanas Pacheco haciendo de agentes de enlace. 
El gobierno, naturalmente, niega estas gestiones, y ya verás como un día de estos se levanta la huelga “para entrar en negociaciones;” Eso será en apariencia. Lo real será que ya estará el acuerdo realizado. 
Todos los días establecemos contactos los delegados, que permanecen ocultos trabajando activamente. (Frondizi se reunió anoche con uno de ellos, garantizándole luego su libertad.) A diario cambiamos los lugares de cita y de reunión con los compañeros. En realidad, trabajo más que antes, solo que todo ésto se hace de mañana.
Desde hace muchos días, el teléfonop de la señora de al lado funciona exclusivamente para mí.
Yo espero que para la semana próxima quede el pleito arreglado. Yo lo deseo, más que nada, por la tranquilidad de mi familia. (Hay que verla a mi mamá…!)
Ayer le escribí al señor Obrero, y hoy cuando llegué a casa, me encontré carta de él. Es un gran estudioso del fútbol; lástima que no reside en Buenos Aires, que es donde se juegan los grandes partidos. 
No te hablé de “Camino de libertad” porque todavía no lo he leído. Ultimamente ocupo todo el tiempo en escribir. Apenas si leo algo -las noticias del día- en la cama cuando me acuesto. 
Hace un mes que inicié “La historia de Lola Gregg” de Fast. y todavía no lo terminé. Tampoco terminé una serie de cuenta de Robert Arlt. 
Espero que “Bapkit” te deleite tanto como a mí. 
Entre los libros que compraré próximamente está “Tres cuentos sin amor” del que me hablas en tu carta. También está “El huésped” de Margarita Aguirre.
Alejandra Boero y Pedro Asquini ya llegaron de Quba (fueron invitados por el ministro de Educación revolucionario).
Ahora darán una obra “existencialista” de Armand Selacrow.
Vi “El gato sobre el tejado caliente” con Paul Newman (pasable) y Elizabeth Taylor (lindo cuerpo, pésima actriz). La película es floja. El libro de Tennessee Williams ha sido sometido tanto a un tonto filtro de falsa moralidad.  
Quería ver “El puente sobre el rio Kway”, pero cuesta $41.-, precio prohibitivo a esta altura de la huelga y de la austeridad. Que la vean los militares.
No quiero “Teoremizar” acerca del positivismo o negativismo de nuestra amistad. Tú has dicho algo importante: “Yo soy amigo tuyo- tú eres amiga mía.
Dejémonos de retórica. Y olvida los temores previos a la lectura de alguna de mis cartas. Eso enferma al hijo. Es casi necesario que disintamos en algunos aspectos de nuestra charla, de los conceptos que exponemos en ella. Me disgustaría -y me aburriría- que tú estés de acuerdo en todo lo que yo digo o hago, y viceversa. Por eso es que no me disgustan del todo estos “embrollos” que se arman. Generalmente dejan un saldo.
Hasta la próxima
Norberto